Tengo un grupo de amigos fanáticos de la comida griega. Por ello me fue imposible dejar de notar el crecimiento de una marca de comida rápida llamada Fresh Greek, quienes, contando con dos locales, inauguraron un tercero hace poco en Village Plaza.

¿Por qué reseñamos un local de comida rápida en un mall?

Dependiendo del país, los reportes de la Unión Europea y Estados Unidos dan cuenta de que entre el 27 % y el 45 % del consumo de alimentos fuera de casa se lo hace en lugares de comidas rápidas. Siendo esto así, ¿cómo no considerarlos?

Dentro de esta categoría, los alimentos que más disfruto son hand food, es decir, los alimentos que se pueden comer con la mano directamente. Los siguientes son mis favoritos de todas las cocinas:

Los primeros tres tienen raíces y orígenes comunes.

El doner kebab de cordero de Turquía, primo hermano del segundo, que sirven en el sitio en cuestión, el gyros griego, en este caso, de cerdo, y el shawarma de cordero. Les diría a los comensales que solo han probado estos con su variación de pollo y no con carne, que se han perdido de lo mejor.

El gyros de Fresh Greek, bastante bueno. Carne asada en horno vertical, especiada con tomillo, ajo, pimienta, otras especias y limón, con un pan pita de buena calidad. Es importantísimo que lo pruebe con la típica salsa tzantziki, de pepino con yogur.

En Fresh Greek la ensalada griega es bastante buena. Es simple, pero la combinación de los ingredientes es genial, dándole el queso feta un toque mediterráneo inconfundible.

Entre mis favoritos siguen el philly cheesestake, el sánduche Ruben y el de pastrami. Los dos últimos hechos con carne curada, aunque con distinta cocción.

Hablando del pastrami, abrió hace muy poco un restaurante con el mismo nombre en Urdesa, en la calle V. E. Estrada, en el C. C. La Quinta, que se promociona como el primero en el país. Crucé la ciudad para ir. Solo con una persona en cola antes que yo, tardé en ser atendido ocho minutos, puesto que la cajera conversaba con clientes, con la cocina, con el mesero, hasta que al fin me tocó el turno, de ser informado que no había sánduche de pastrami.

No lo tendrían en todo el día, y no sabían cuándo volverían a tenerlo, ofreciéndome otros platos del menú. Pero comer otra cosa en una sanduchería de pastrami es como ir a un restaurante italiano en el que se acabó la pasta a comer filet mignon. Me fui con hambre, esperando poder encontrar en el futuro en el sitio un gran pastrami sándwich clásico.

El sexto hand food de mi preferencia, el goi cuon, un rollo vietnamita compuesto por camarones, hierbas, vermicelli de arroz, entre otros ingredientes, enrollado en papel de arroz, y se sirve frío. Solo lo he encontrado en Quito, en el restaurante Banhmi.