Muchos tienen la idea de que el magisterio de la Iglesia, presidido por el Papa, es dueño y señor del contenido de sus enseñanzas. Piensan que podría cambiar el contenido de su enseñanza, de acuerdo a presiones o conveniencias.
El magisterio de la Iglesia debe ser fiel a la verdad, que va descubriendo a la luz de la 1) Palabra de Dios y de la 2) ciencia en la naturaleza. 1) La Palabra de Dios dice que la unión sexual entre varón y mujer es un gesto de amor, abierto a la vida y de responsabilidad. 2) La ciencia, por su parte, dice que el fruto de la unión del espermatozoide y el óvulo es el inicio de un nuevo yo, pues tiene un ADN distinto de los ADN del varón y de la mujer.
El martes 23 de noviembre fue presentada en forma de libro titulado Luz del mundo la entrevista, realizada en alemán, por Peter Seewald al papa Benedicto XVI. Respondiendo a una pregunta, el Papa habla de relaciones sexuales entre varones Männliche. En la unión sexual entre varones, en la que uno de los dos está contagiado por el sida, el uso del condón no cierra esta unión homosexual a la vida, pues ya está cerrada. En este caso concreto el uso del condón manifiesta una preocupación buena, la de evitar el contagio. Esta preocupación es “un primer acto de responsabilidad”.
El Papa no califica como bueno en ciertos casos el uso de preservativos; califica como buena la preocupación de no contagiar al compañero en uniones ya cerradas a la vida. El Papa no contradice la verdad de que la relación sexual debe ser una expresión de amor; no un yo te uso, tú me usas; una expresión de amor abierta a la posibilidad de la vida. Hacen decir al Papa lo contrario de lo que dijo y ha dicho, por ejemplo, en África: unos, porque banalizan el sexo, reduciéndolo a un plano meramente animal; otros, porque el uso del condón les beneficia económicamente; otros, en fin, porque el nivel humano de la sexualidad exige educación y esfuerzo.
Estando de por medio, como en este caso, intereses económicos o ideológicos, hasta la Organización Mundial de la Salud afirma con ligereza que “el Papa aprueba el uso de condones en ciertos casos”. Por el contrario, “el Papa observa que también en el ámbito no eclesial se ha desarrollado una conciencia de abstinencia, fidelidad, condones, en la que abstinencia y fidelidad son mucho más determinantes y fundamentales para la lucha contra el sida; el preservativo aparece como escapatoria, cuando faltan la abstinencia y la fidelidad”.
El Director de la sala de prensa de la Santa Sede reitera la enseñanza del Papa, según la cual “el problema del sida no puede resolverse –por el contrario, se agrava– con la sola distribución de preservativos. Es necesario hacer mucho más: prevenir, ayudar, aconsejar, estar cercano a las personas, ya sea para que no se enfermen, ya sea para atender a los enfermos.
En la unión sexual entre varones, en la que uno de los dos está contagiado por el sida, el uso del condón no cierra esta unión homosexual a la vida, pues ya está cerrada. En este caso concreto el uso del condón manifiesta una preocupación buena, la de evitar el contagio.