Tiene una población de apenas 2,57 millones de habitantes, pero es uno de los países con mayor renta per cápita del mundo ($ 59.330). El crecimiento económico de Catar, empujado por sus grandes reservas de gas y petróleo, lo ha llevado a alcanzar el índice de desarrollo humano más alto de todo el mundo árabe.

Sin embargo, este auge económico ha tenido un costo ambiental bastante alto.

Según el estudio National Footprint Accounts 2018 (cuentas nacionales de la huella 2018, en español), realizado por la organización Global Footprint Network (GFN), el país asiático fue el primero en gastar todo su presupuesto ecológico de 2018. Catar se sobregiró el 9 de febrero de este año.

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Juan Alfonso Peña, integrante de GFN, afirma que “la obsesión con el crecimiento ha hecho a los países desarrollados menos vulnerables ya que tienen poderío económico para enfrentar algunas consecuencias del cambio climático, pero cuando suban los mares varios países quedarán bajo agua y se generarán mayores migraciones que las actuales”.

Sin embargo, el especialista considera que la situación de los países menos desarrollados es más crítica ya que no poseen los recursos económicos.

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“Los ingleses han gastado más de $ 12 mil millones para prevenir inundaciones, al igual que los holandeses, ellos están preparándose. En América Latina estamos lejos y se ha sostenido el discurso de seguir explotando vorazmente porque los desarrollados lo hicieron”.

Peña afirma que la humanidad debe cambiar el concepto de progreso y utilizar solo lo necesario para vivir bien. (I)