En cada invierno el sector agrícola se enfrenta a pérdidas de sus cultivos por inundaciones, desbordamiento de ríos y plagas. La prevención podría mitigar en algo los efectos de la naturaleza, pero poco o nada se hace. Hoy el anuncio del fenómeno atmosférico de El Niño se convierte en una amenaza frente a la que hay que actuar con prisa.
El pasado 9 de junio en el segmento Cartas al Director de este Diario, Mauro Erazo Vélez invita al sector agropecuario a unirse para emplazar a los candidatos de las elecciones anticipadas del 20 de agosto de 2023 a presentar una agenda centrada en la defensa del campo, la ruralidad, el seguro social; la defensa del agua y la vida, el cuidado del ambiente de una agricultura sostenible.
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Menciona otros aspectos como seguridad, salud, educación y lucha contra el narcotráfico y la corrupción que, al menos, en el discurso de los postulantes está presente. Es oportuno que desde la ciudadanía se reclame atención para los sectores ignorados, en este caso en el plano del agro, con toda justicia.
¡Y qué bien que se empiecen a elevar las voces dedicadas a la producción! No solo en demanda a los que buscan llegar al poder sino para quienes hoy lo ejercen y deben trabajar por la prevención ante el anunciado fenómeno de El Niño en el campo, así como en los sectores urbanos.
En una publicación sobre seguros la preocupación del sector agrícola se evidencia. La contratación del seguro agropecuario se incrementó el 107,8 % en Ecuador entre enero y abril de este año en comparación con el mismo periodo del 2022. Aunque desde el 2017 se viene experimentando un interés en estos productos, aún falta mucho por los costos que representa para los pequeños agricultores, los expertos recomiendan la asociación para acceder a los seguros.
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Resulta alentador el interés del sector privado agrícola por prevenir daños, del lado del Gobierno se espera la misma preocupación y acción en la búsqueda de contener efectos que se traducirán en una economía aún más golpeada. (O)