La designación de Robert Francis Prevost como papa de la Iglesia católica generó una inmediata reacción política en el mundo. La misión del pontífice es espiritual y garante de la unidad de la Iglesia, pero su voz tiene peso y es respetada por los líderes políticos, por ello la importancia del saludo que han presentado mandatarios y la esperanza de paz en los fieles.

El papa León XIV, nombre que eligió, comparte la visión de su antecesor, Francisco, sobre los pobres, los migrantes y la defensa del medioambiente. Haber cumplido por al menos dos décadas de misión en Perú –entre dos periodos– lo acercó a Sudamérica.

‘Robert Prevost recorrió Guayaquil, hizo obra social con nosotros, estamos alegres con la designación’, dice Carlos Urbina, líder de la Orden de San Agustín en Ecuador

‘Es un hermano entregado a la misión’, dice padre agustino que compartió con el nuevo papa, León XIV, en su paso por Ecuador

“El 267.º pontífice llega al trono de san Pedro en un contexto de creciente tensión en el mundo”, resaltan noticias internacionales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, duro en sus políticas antiinmigrantes, se declaró emocionado por la llegada de León XIV y expresó sus ansias de conocerlo: “¡Será un gran momento!”, dijo.

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El argentino Javier Milei señaló su anhelo de que la voz del papa resuene en la defensa de los pilares que han sostenido la civilización: la vida, la libertad y la propiedad privada como fundamento de la responsabilidad personal y desarrollo.

El mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, deseó que el sumo pontífice dé continuidad al legado del papa Francisco en la búsqueda de la paz y la justicia social, la defensa del medioambiente, el diálogo con todos los pueblos y todas las religiones, y el respeto a la diversidad de seres humanos.

El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, hizo votos para que la palabra de León XIV “una, consuele y guíe a millones en tiempos de incertidumbre”.

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La comunidad en general aspira a que el respeto presentado por los líderes del mundo al nuevo papa se traduzca en lucha y garantía de que se unirán a esa búsqueda de paz y superación de los problemas que agobian al mundo. Las oraciones deben estar acompañadas de acciones y con toda seguridad el nuevo pontífice hará escuchar su voz con firmeza para defender a los más vulnerables. (O)