La reciente visita de Nancy Pelosi, líder de la Cámara Baja del Congreso de EE. UU. a Taiwán generó una reacción inmediata de China a través de ejercicios militares que llegaron hasta el mar territorial de Taiwán para insistir en su mensaje que Taiwán pertenece a China y EE. UU. no debería de participar en este conflicto. Aún más, el rápido desarrollo de la industria de alta tecnología taiwanesa ha llevado a una alta relación comercial con China que beneficia a ambos países, pero a la vez ha aumentado la vulnerabilidad política de Taiwán ante cualquier cambio de la política comercial china. Con este escenario, la amenaza de una posible invasión China a Taiwán se convierte en una posibilidad que puede concretarse en los próximos cinco años, dado el mejoramiento de la capacidad militar china, la visión y perspectiva política de Xi Jinping, el presidente de China, y el gran beneficio para China de anexar una región con alto desarrollo económico. Esta anexión le permitiría a China dar un salto en la industria estratégica de alta tecnología, así como la posibilidad de extender su hegemonía en el ciberespacio al adquirir mayores armas para el espionaje y ataques cibernéticos, considerando que Taiwán controla el 65 % de la producción de chips de computadoras, mientras que China el 5 %. Adicionalmente, China lograría aumentar su posición en el ranking mundial del producto interno bruto per cápita, y su presencia militar en la región del Pacífico occidental que puede hasta afectar las bases militares de EE. UU. en Guam y en Hawái.

Aunque China quiere anexar a Taiwán bajo la política de “un país y dos sistemas” como lo ha hecho con Hong Kong y Macau desde 1997 y 1999, respectivamente, el control totalitario que ha impuesto sobre Hong Kong con la Ley de Seguridad Nacional del 2020, permite anticipar el destino de Taiwán si se anexara a China, como se puede esperar de Ucrania si se anexara a Rusia. Este conflicto entre totalitarismo y democracia se encuentra al seno de la nueva guerra fría en que el eje Pekín-Moscú están buscando mecanismos de expansión a nivel territorial, económico político y cibernético.

La unión de EE. UU. con Japón y Corea del Sur representa un freno importante de una posible incursión militar china...


La unión de EE. UU. con Japón y Corea del Sur, aunque China ha tratado de separar a EE. UU. de sus otros dos aliados, representa un freno importante de una posible incursión militar china en Taiwán. Más aún, el apoyo de la OTAN a Ucrania ha servido para que China actúe de una manera más cautelosa y su retórica es mayor que sus acciones en el caso de Taiwán. Esto explica que ante la visita de Pelosi optó por ejercicios militares como una señal de advertencia, pero sin ninguna acción bélica directa.

EE. UU. ve maniobras de China cerca de Taiwán como una ‘escalada significativa’

El riesgo de mayor injerencia china también existe sobre otros países en Latinoamérica que han aumentado significativamente su dependencia económica con China. Como en el caso de Taiwán, una política de diversificación económica que reduzca su dependencia con China y una mayor innovación empresarial y tecnológica gracias a una alianza del sector público y privado y al reforzamiento de los acuerdos de comercio regionales pueden ayudar al desarrollo del resto de países emergentes dentro de un marco democrático. (O)