Ciertas autoridades gubernamentales al comentar el comportamiento económico adjudican la mejoría y crecimiento al buen desempeño de los productos no petroleros agrícolas de exportación, lo cual es verdadero, pero los califican erróneamente como commodities o materias primas no diferenciadas, lo cual desdice de la verdadera y auténtica figura que representan en el contexto productivo nacional y los minimizan en el trato comercial internacional. No debe reiterarse ese calificativo al banano, cacao, café o plátano, mucho menos a los no tradicionales como pitahaya, flores de corte, mango, que, por el hecho maravilloso no repetido en otras latitudes de cultivarse en un entorno típicamente tropical y, por sobre todo, ecuatorial con influjo andino, los reviste de virtualidades especiales que engrandecen su calidad reconocida, aun cuando no valorada por importadores y consumidores.
Incesantes amenazas a la actividad bananera
Esos bienes deberían cotizarse con premio si se emplean como materia prima para la obtención de elaborados como el puré de banano especialmente apetecido o los chifles de plátano verde o pintón, de las flores ecuatorianas que mantienen su esplendor y lozanía por más días después del corte, no se diga del cacao con cualidades intrínsecas insuperables producido en diferentes áreas del país o por su exquisito aroma y sabor, o del café de altura con todas las presentaciones gourmet que ha comenzado a introducirse y popularizarse en distintas partes del planeta, gracias al promotor incansable del Ecuador profundo Leonardo Escobar con su tasa dorada. Estas distinciones no se deben solo al singular ambiente que los rodea, sino también al manejo que prolijamente le dan los agricultores, con labores específicas que incorporan valor a los frutos recolectados.
Decirles commodities es desvalorizarlos, minimizarlos, ubicándolos en el grupo de los simplemente extraídos de la naturaleza, sin agregar nada o muy poco, sin entender que, por ejemplo, una caja de banano acumula un especial esfuerzo que incluye tecnología desde el instante mismo de la siembra al utilizar sofisticada tecnología que se inscribe en el mundo de la biotecnología como la multiplicación meristemática; es el resultado del uso de materiales menos dañinos a la naturaleza, con niveles bajísimos de residuos que cumplen en exceso los límites que los organismos de control exigen, con reportes periódicos que no han involucrado hasta ahora a los bienes de origen ecuatoriano. Por ejemplo, el número de ciclos de aero atomización para el control de enfermedades del follaje bananero y platanero es inferior al de otros lugares que compiten con Ecuador.
Innovación agrícola, motor de crecimiento
Es hora de otorgar a lo agrario el lugar que le corresponde, que la próxima constituyente, de ser aprobada por el pueblo, al redactar una nueva ley de leyes, se plasme en unos de sus artículos la connotación agraria del Estado ecuatoriano dando valor y centralidad a una actividad que es la esencia nacional que históricamente ha definido a la nación como eminentemente agraria, para que luego, las leyes que de ella se deriven, ubiquen a la agricultura en el sitio que merece, muy diferente a una mera actividad extractora similar a la minería. (O)








