Se interrumpió el bombeo de petróleo por rotura de ambos oleoductos: se frenan la producción petrolera, las exportaciones, el ingreso de rentas al Estado, y hay derrame. Otra vez. Esta semana en el sector del río Coca, por la erosión regresiva de su ribera por la que transitan ambos ductos. Hace 15 días hubo otro derrame del sistema del Coca. En marzo fue el SOTE en Esmeraldas, en que el sustancial derrame afectó la salud y economía de su población.

Una y otra vez se repiten la interrupción de la producción petrolera y el daño ambiental y se toman medidas parches. Petroecuador no es sujeto de crédito, no se le permite retener fondos para invertir, y lo poco que tiene debe destinarlo a reducir la producción del ITT, para satisfacer a la Corte Constitucional.

Cómo aprovechar la dolarización

Con antelación a la fecha en que el OCP revertía al Estado, debió haberse negociado un nuevo contrato con la empresa que lo construyó y administraba, con el compromiso de que invirtiera en un nuevo trazo del OCP para evitar la zona de erosión regresiva y que sea distinta a la del SOTE para que un mismo deslave o terremoto no afecte a ambos ductos. De haberse procedido así, el derrame actual hubiera afectado a un solo oleoducto, y no se habría interrumpido la producción.

Sin embargo, se hizo lo contrario. Petroecuador despidió a la contratista, asumió la administración, y ahora pagamos las consecuencias.

Otra vez. Y en esta ocasión en producción. En 2022, New Stratus le compró a Repsol su subsidiaria que operaba los campos 16 y 67, con el ánimo de renovar el contrato, para lo cual se comprometía a invertir en exploración y desarrollo y aumentar la producción. Pero Petroecuador no renovó, asumió la operación de los campos. No tuvo dinero para invertir y la producción colapsó.

El Ecuador se gobierna de raíz

Otra vez. Y en esta ocasión en refinación. Al gobierno de Lenin Moreno un consorcio internacional liderado por dos de las principales empresas constructoras de refinerías en el mundo, Hyundai y KBR, le ofrecieron construir una unidad de alta conversión junto a la Refinería de Esmeraldas para procesar sus residuos y entregarle a Petroecuador combustibles de calidad internacional, a cambio de un pago por barril. No se hizo nada. Bajo el gobierno de Lasso se convocó a una licitación internacional, ofertó el consorcio, pero se la declaró desierta.

Moreno recibió la refinería en pésimo estado, luego que el correato gastara $ 3.800 millones entre rehabilitarla y pavimentar un bosque seco en el Aromo, Manabí, para construir una refinería para procesar petróleo venezolano. Ni Esmeraldas se rehabilitó, ni el Aromo se construyó, ni Venezuela tiene crudo disponible para enviar al Ecuador. La refinería de Esmeraldas opera intermitentemente desde septiembre, hoy está paralizada y hay que importar combustibles.

Un viaje revelador

Igual en electricidad. La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair está paralizada. Otra vez. En esta ocasión por la erosión de la ribera del Coca, la que también afecta a los oleoductos. La erosión la dispara el exceso de lluvias. En 2024 Coca Codo se paralizó por escasez de lluvias. Hay además peligro de que la hidroeléctrica colapse. La constructora Sinohydro se ofrece hacerse cargo de solucionar los problemas. Pero Coca Codo sigue en manos de Celec.

El monopolio energético estatal nos estrangula. ¿Cuándo le ponemos fin? (O)