El asesinato de Fernando Villavicencio, y que los siete sicarios –uno abatido– sean colombianos, ha puesto la mirada de la comunidad internacional en Ecuador, en el contexto de la presencia de narcos colombianos y en menor grado mexicanos que traen su violencia al país.

Oilprice.com, que recientemente trajo un epitafio del “imperio petrolero del Ecuador”, por los múltiples azotes que enfrenta la industria, reporta el miércoles que la tenaz oposición en la Asamblea que culminó en la muerte cruzada “sumada a la agitada industria petrolera, de importancia económica crucial, ha arrojado al Ecuador en una crisis política más, que torna esencialmente imposible para el Estado enfrentar la creciente violencia inducida por la cocaína”.

El New York Times (NYT) el jueves destaca que durante el correato se puso fin a la colaboración con EE. UU. en la lucha contra el narcotráfico y se produjo el desplazamiento al Ecuador de las disidencias de las FARC: “Grupos nacionales y extranjeros se aprovecharon de un país cuya capacidad para enfrentar al narcotráfico se había visto mermada por los recortes a la policía y el ejército, un sistema judicial débil y un sistema penal dirigido, en gran medida, por las bandas”. Paralelamente el NYT trae un artículo del politólogo Will Freeman, quien responsabiliza al gobierno de Lenín Moreno por priorizar la reducción del déficit y reducir el presupuesto de la policía.

La calificadora de riesgos Fitch, cuyo público son los tenedores de bonos, el miércoles redujo la calificación de Ecuador a la ínfima nota CCC+ ya que en su criterio, Ecuador no va a seguir mejorando las finanzas públicas: óptica radicalmente distinta a la de Freeman. Concluye Fitch: “independientemente de los resultados de las próximas elecciones generales, Fitch no anticipa un progreso significativo para atender los desafíos fiscales y de financiamiento en los 18 meses que quedan en el periodo presidencial”.

El miércoles, el banco de inversión Morgan Stanley advierte a sus clientes que hay cinco factores que apuntan a un deterioro de la situación del Ecuador: 1) la consulta del petróleo del Yasuní, que aceleraría el deterioro de los ingresos petroleros; 2) los programas de gasto que anuncian los candidatos presidenciales; 3) la propuesta de algunos candidatos de tomar las reservas monetarias; 4) potencial deterioro de la relación con EE. UU., que podría afectar el financiamiento de las multilaterales, y 5) las posibles implicancias negativas del fenómeno El Niño.

La imagen del Ecuador ha sufrido un enorme deterioro, y aunque se enfatiza que se trata de un problema que viene del exterior, se resalta la incapacidad de la sociedad para enfrentar la crisis y la inmadurez de la clase política para ponerse de acuerdo en una estrategia para atender este grave problema. Porque hay una gradual infiltración del narcotráfico en el Estado, comenzando por la justicia, donde los fallos de jueces excarcelando a delincuentes ya es rutina, siguiendo por la Asamblea, donde ya han hecho presencia conocidos capos de bandas delictivas, y culminando en el Ejecutivo.

Hagamos votos que en estas elecciones elijamos un presidente dispuesto a hacer frente a este flagelo y que otros bloques legislativos numerosos estén dispuestos a coadyuvar en esta tarea para rescatar al país de este su peor momento. (O)