Resulta una aberración que en el Ecuador no se pueda lograr la unidad nacional aun cuando los grandes problemas internos, con influencia externa, hoy a la cabeza la inseguridad y la violencia, afecten a la gran mayoría de ecuatorianos.
Solo alrededor de la selección de fútbol, y también antes cuando tuvimos el secular problema territorial con el Perú, se pudo lograr una férrea unidad nacional, que nos ha llevado a clasificar la semana pasada al 5.° Mundial, que se realizará el 2026 en los EE. UU., Canadá y México. Anteriormente (1998) se concretó la firma definitiva del acuerdo de paz con el vecino del sur, que desactivó un problema permanente, que también fue manipulado por los actores políticos de turno en ambos países.
Más allá de estos dos temas, los ecuatorianos han estado más distantes y confrontados, con la siembra de odio, en gran parte impulsado por políticos populistas perversos, sin importarles el deterioro de la situación interna y la profundización de los problemas económicos, sociales, de empleo e inseguridad, en lugar de contribuir a una solución.
Cómo no se puede lograr la unidad nacional alrededor de objetivos nacionales que debieran ser permanentes y de Estado, más allá de los regímenes de turno. La defensa de la soberanía, la integridad territorial, la democracia, la integridad territorial, la integración nacional, el desarrollo integral y la justicia social.
Estos objetivos nacionales sirvieron como guía para la planificación y ejecución de las políticas estatales hasta cuando llegaron, en la historia reciente, las novelerías de la revolución ciudadana, que intentaron refundar el país, facilitaron y abrieron las fronteras de manera indiscriminada a la delincuencia organizada, los grupos armados irregulares y el narcotráfico. Debilitaron la institucionalidad de las FF. AA. y la Policía Nacional, terminaron un convenio con EE. UU. para actividades antinarcóticos desde el FOL de la base aérea de Manta, dieron de baja a los radares, entre otras cosas.
Cómo no lograr el apoyo y la unidad nacional para superar la desnutrición crónica infantil que golpea severamente a la niñez, la generación de fuentes de empleo pleno que afecta con dureza a los sectores sociales. Cómo no lograr el apoyo y la unidad nacional en medio del conflicto armado interno y afectados por la acción de los grupos delincuenciales organizados transnacionales, el narcotráfico y la narcopolítica.
Cómo se puede aceptar que haya sectores políticos de oposición que durante los últimos tiempos, desde cuando perdieron el poder hace ocho años, busquen el fracaso del país al oponerse a los gobiernos de turno con sus acciones de desestabilización y la búsqueda afanosa de impunidad para sus líderes corruptos y sentenciados por la justicia. Parte de ese plan fueron las manifestaciones violentas de octubre 2019 y junio 2022, que atentaron contra la paz social interna y causaron serios daños.
Es hora de dejar los egoísmos, los intereses y las ambiciones personales y de grupo de dirigentes políticos y las élites de los diferentes sectores y pensar en la unidad nacional, hoy que vivimos una etapa grave de violencia e inseguridad en medio de un conflicto armado interno. (O)