En todos los escenarios de la vida hay quienes por conducta y acciones son referentes, al ser evaluados por los entornos que lo conocieron, país, provincia, ciudad, gremio u otro. Referentes en el bien hacer.

Otra cosa son los tachados por pillerías o corrupción, por más hábiles que parezcan, sobre los que hay frases como “en nada tiene límites”.

Un desafío urgente

De los referentes para el bien colectivo, el 19 de junio falleció en Portoviejo (en la provincia de Manabí) el abogado Édison Cevallos Moreira, conocido afectuosamente como Fayoya, de quien será difícil encontrar quien conociéndolo no lo haya valorado.

Fayoya es uno de los personajes que representó el rostro positivo del entorno de la provincia de Manabí en que hizo presencia, porque nunca renunció a sus raíces y supo proyectar el deber ser con su ejemplo y sus pronunciamientos

Lo conocí a inicios de los años 80, por Pedro Zambrano Izaguirre, principal de El Diario, fundado por su padre Pedro Zambrano Barcia, el año 1934, y hoy dirigido por su hijo, Pedro Zambrano Lapentti. Entonces El Diario asumió el reto del patrocinio y defensa de las causas de Manabí, y no por intereses puntuales de negocios singulares, ni por precio alguno.

Liberar a la prensa (parte 3)

Fueron múltiples las ocasiones en que en la Junta Monetaria, en la Vicepresidencia de la República y en el Consejo Nacional de Desarrollo, hasta 1984, por las funciones que ejercí, conocí temas de Manabí. A Pedro solía acompañarlo el abogado Cevallos para aspectos puntuales en que él manejaba información.

Ya fuera de la administración pública, Pedro me invitó a que colabore con El Diario y con empresas manabitas, ahí conocí más la valía de Fayoya como ser humano, amigo y profesional del derecho. Cuando el 21 de diciembre de 1992, Pedro, entonces ministro de Información y Turismo, muere en tragedia aérea ingresando a Quito, con Fayoya manejamos aspectos legales de las empresas y la sucesión por la confianza de los hijos de Pedro, lo que significó una transición forzada, pero con el éxito que hoy representa el grupo de comunicación, uno de los más importantes del Ecuador, en la línea de la digitalización y modernidad que los tiempos exigen.

Fayoya fue amigo frontal, para coincidir o discrepar, su profesión la ejercía con apego al derecho y a la ética.

Promovió el chat de Selectop, escenario de información y opinión muy valioso.

El difícil equilibrio

Cuando la profesión de abogado se afecta por aquellos que prefieren ser sumisos de intereses, sea para quienes tienen poder, sea para sectores interesados por negocios o por política, en que más rentable es depender como escribidor y firmón de quienes le ordenan, que tener criterio jurídico honesto, hay que honrar a quienes actúan con este.

Los títulos, doctorados, maestrías, especialidad, nada valen si no hay ética, y se trabaja para el mejor postor. Alguien decía de un abogado, sé que es dañado, pero sabe derecho y ahora es “nuestro”. De nadie es, solo es mercenario que trabaja para quien le paga.

A Rocío Sáenz de Cevallos, su cónyuge, y a Gabriela Cevallos Sáenz, su hija, nuestro afecto, y a seguir adelante. (O)