El miércoles tuvo lugar la audiencia de la Corte Suprema de EE. UU. respecto a los aranceles de Donald Trump; ciertos magistrados cuestionaron los argumentos del Gobierno. Un pronunciamiento de la Corte tomará semanas o meses y podría echar abajo los aranceles del “día de la liberación” por usurpación del ejecutivo de funciones del poder legislativo. Pero la confusión existente en cuanto a los aranceles estadounidenses continuará; Trump podría recurrir a otros mecanismos legales para manipularlos.
Las iniciativas arancelarias de Trump deben entenderse en el contexto del derrumbe del ordenamiento mundial del comercio que comenzó años atrás, cuando China se convirtió en la mayor potencia industrial aprovechando salarios bajos y subsidios a las exportaciones. Entre los beneficiados estuvieron empresas de países industrializados que trasladaron sus fábricas a China. Con ello los accionistas y administradores de esas empresas tuvieron grandes ganancias, pero los obreros de sus países perdieron su empleo y ahora se desempeñan en tareas menores del sector servicios. Tanto Trump como Mamdani reaccionan ante esto: el presidente quiere recuperar la industria y empleos, el alcalde electo quiere financiar programas sociales para los perdedores del sistema subiendo los impuestos a los que se beneficiaron exorbitantemente.
Cumbre de las Américas y fragmentación latinoamericana
Sven Beckert, historiador del capitalismo y profesor de Harvard, señala que después de medio siglo de amplia libertad económica, “hoy resurge rápidamente la bestia negra del neoliberalismo, la politización de los mercados” (New York Times, noviembre 4).
Ecuador tendrá que adaptarse a estas nuevas realidades, y la primera es el comercio con EE. UU. Ecuador tiene excelente relación con Washington, dos miembros del gabinete de Trump han estado recientemente en el país, pero paradójicamente Trump le subió los aranceles a Ecuador al mismo nivel que Venezuela, más alto que a Colombia, cuando Petro en visita a EE. UU. urgió a las FF. AA. de ese país a desobedecer a Trump.
En banano Ecuador paga un arancel del 15 %, mientras que Guatemala, Colombia y Honduras 10 %. Problemas climáticos en Guatemala y laborales en Panamá permitieron a Ecuador ganar mercado este año, pero a la postre ese 5 % afectará nuestras ventas.
Las gravísimas apuestas ilegales
En cacao en grano, un decreto ejecutivo de septiembre habría reducido a 0 % el arancel para países alineados con EE. UU., entre los que está Ecuador, mientras que competidores africanos pagan 15 %.
En rosas y atún enlatado en agua, a Colombia el arancel subió de 0 % a 10 %; a Ecuador el atún de 12,5 % a 27,5 %; las rosas de 6,8 % a 16,8 % deprimiendo las ventas.
En camarón, la competencia es Asia y Ecuador gana mercado: paga arancel de 18,78 %, mientras la India, el mayor abastecedor paga 58 %, Vietnam 48 %, Indonesia 22 % y presenta problemas sanitarios.
Pero esto cambiaría. Para Washington la India es un aliado estratégico; en Colombia el nuevo presidente que se posesionará en agosto de 2026 buscaría recuperar el sitial de principal aliado regional. Para el segundo semestre de 2026 las posibilidades son altas que los productos de esos dos países entren a EE. UU. con aranceles menores que Ecuador.
Urge llegar a un acuerdo comercial con EE. UU. (O)