La relación entre Ecuador y Colombia tiene un escenario común de acción: nuestra frontera compartida; donde la pobreza, la desigualdad y el desempleo, así como la inseguridad y el deterioro ambiental no responden a la diferenciación limítrofe y constituyen una única realidad que exige profundizar la cooperación e integración fronteriza.

El Plan binacional de Integración Fronteriza Ecuador Colombia no ha logrado establecer políticas estructurales que permitan mejorar la calidad de vida de la población en la frontera. De acuerdo con Acnur, se estima que de las 61.112 personas asentadas en la frontera norte de Ecuador el 70 % de las familias no cubre sus necesidades básicas, como alimentación y vivienda, y el 23 % tiene como prioridad conseguir trabajo o acceder a servicios de educación y salud. Por su parte, los municipios fronterizos de Colombia registran un índice de necesidades básicas insatisfechas promedio de 25,85% y los departamentos fronterizos de 20,8 %. La explicación de estos resultados es el débil desempeño que los dos Estados han mostrado en materia de crecimiento y desarrollo social.

La integración fronteriza podría tener un giro con el nuevo gobierno de Colombia, donde el presidente electo, Gustavo Petro, ha anunciado la iniciativa Paz Total como eje transversal del nuevo plan de desarrollo. La paz política, a través de un pacto histórico hacia cinco reformas estructurales: tributaria, rural, laboral, pensional y del sistema de salud, que se espera concretar el primer año de gobierno. La paz armada, que tiene dos dimensiones: la interna, que se inició con del Acuerdo de Paz de 2016, y hoy debe integrar al ELN y nuevos grupos armados ilegales; y la dimensión multinacional, relacionada con el narcotráfico, para la que Petro propone una Cancillería al servicio de la paz. Y la paz social que obedece a la desigualdad que se evidenció en las protestas de 2021 y refleja la falta de Estado en territorios con alta vulnerabilidad social, donde el 39,3 % de la población nacional, es decir, 19,6 millones de personas, está en pobreza monetaria. La Paz Total integraría el valioso aporte del reciente informe de la Comisión de la Verdad orientado a crear las condiciones estructurales de la paz estable y duradera en la convivencia democrática.

Desde la perspectiva económico-comercial, la línea progresista de Petro califica al capitalismo democrático como el modelo que permitirá a Colombia transitar de la economía extractivista a la economía productiva. En materia de comercio exterior buscaría impulsar un desarrollo regional despolitizando su integración económica y priorizando la promoción de inversiones, la transferencia de progreso técnico, la generación de empleo y la diversificación productiva con una impronta medioambiental. De esta manera se podría estimular un entorno empresarial interconectado que mejore la eficiencia de los mercados y acelere el crecimiento en la región.

Transitar hacia una integración fronteriza efectiva requiere ante todo pragmatismo. Una acción decisiva contra la pobreza y la desigualdad en una zona donde la responsabilidad compartida supera la diferenciación ideológica. (O)