El día 9 de este mes se cumplirán 100 años de la Revolución Juliana, un hecho que cambió significativamente al país en varios aspectos, pero que prácticamente se ha ido borrando de la memoria colectiva. Actualmente, su trascendencia es reconocida casi exclusivamente por los historiadores, pero es ignorada por la enorme mayoría de la ciudadanía y, por supuesto, por los políticos que se mueven en el horizonte del inmediatismo. Es uno de esos hechos que cerraron una época, pero que seguramente porque no lograron advertir con claridad la que estaban abriendo, no consta en el calendario de las fechas cívicas.

Como había ocurrido a lo largo de los 95 años previos, la revolución fue en realidad un golpe de Estado. Pero, a diferencia de aquella tradición, este no fue realizado por un caudillo que armaba su propia soldadesca o por el alto mando del ejército recientemente constituido, y tampoco requirió de balas ni de sables. Sus impulsores fueron oficiales jóvenes del ejército que se habían agrupado en una organización semiclandestina llamada Liga Militar. En su primer manifiesto señalaban que desconocían al gobierno por no considerarle conveniente para los intereses de la nación y se proponían resolver “la cuestión económica y monetaria”. Con ello aludían al papel determinante de los bancos en el manejo político que se había instaurado desde el asesinato de Eloy Alfaro en 1912.

El día 9 de este mes se cumplirán 100 años de la Revolución Juliana, un hecho que cambió significativamente al país en varios aspectos

La búsqueda de ese objetivo, en principio limitado, llevó a una redefinición del Estado en varias de sus dimensiones. Estas fueron tomadas en su mayoría durante el gobierno de Isidro Ayora (1926 - 1931), que en términos actuales podría calificarse como una gestión tecnocrática. En el plano económico se crearon instituciones básicas, como el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, la Contraloría, la Caja de Pensiones (actualmente Instituto de Seguridad Social), el Banco Hipotecario (posteriormente de Fomento) y la Dirección de Aduanas. En lo social se impulsaron políticas para consolidar la educación laica y universal establecida por la Revolución Liberal, se creó el Ministerio de Trabajo, se ratificó el voto de la mujer (que se había expresado de hecho en 1924) y se establecieron principios de la propiedad social. Sus reformas fueron recogidas en la Constitución expedida en 1929.

Sin embargo, los cambios políticos fueron en una dirección poco apropiada para la permanencia y la consolidación de esas reformas. En realidad, lo que se hizo en el campo político fue casi insignificante y más bien opuesto a lo que podría entenderse como una reforma del Estado. Se puede asegurar que no se la pensó como tal. No hubo preocupación por establecer un sistema político concordante con la orientación que se estaba dando a la economía. Por ello, no sorprende que el fin del gobierno de Ayora (por un golpe de Estado, para seguir la tradición) abriera la etapa de mayor inestabilidad de la historia nacional, con la sucesión de 27 gobiernos hasta 1948.

Secreto a voces

El escaso recuerdo de la Juliana quizás no se deba a su denominación que apenas hace referencia al mes en que ocurrió y que tiene reminiscencias gastronómicas. Es probable que haya un olvido voluntario, una decisión de dejar de lado las enseñanzas de la historia para poder anunciar reiteradamente la fundación del país. (O)