A las puertas de una elección popular en el país, vendría bien despojar a los corruptos de sus ropajes de inocencia y honradez y dejarlos desnudos frente al conglomerado social que está ávido porque se mejoren sus condiciones de vida. El dinero que se llevan serviría para atender las necesidades básicas insatisfechas de los pueblos. Los escuálidos bolsillos no dan más. Los billetes verdes han perdido su valor adquisitivo y, el próximo año, los precios subirán so pretexto de que aumentaron los salarios y todo será más caro en una descarada desproporción entre este incremento y el de los bienes y servicios. Flaco favor se hace, entonces, a los asalariados.

¿Y cómo desnudar a los corruptos?

Hay una interesante obra titulada Estrategias para prevenir y combatir la corrupción, de la autoría del Dr. Aquiles Rigaíl, que fue presentada el pasado 26 de octubre en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. En ella, el autor pone en evidencia la importancia de hacer un plan para salir del estado en que nos encontramos. Comienza por tratar sobre la ética en las distintas instancias del Estado y de los profesionales del derecho, para luego hacer un estudio sobre los hechos más remarcables de la corrupción en el Ecuador.

El Dr. Rigaíl dice en uno de los capítulos que “... el votante se convierte en fácil presa del corrompido ofertante populista, cuyas manos limpias que se exhiben en afiches al momento del ofrecimiento tarimero se tiznan con la corrupción cuando el poder se alcanza, y por ello inventa una falsa interpretación del consentimiento popular que lo llevó a tan alto sitial, pretendiendo explicar absurdamente su estructura amoral, en la errada convicción de que le es viable y permisible soslayar todos los principios de la legalidad y la honradez, con la clara intención y obvia finalidad de eximirse de la condena pública y del enjuiciamiento moral que no parece afectarle ni lo hace sentir responsable del agravio a las leyes o los derechos humanos...”.

... vemos, con espanto, lo que ocurre en los diversos estamentos de la sociedad. Ya casi nadie se libra de este malvado fenómeno.

Diariamente vemos, con espanto, lo que ocurre en los diversos estamentos de la sociedad. Ya casi nadie se libra de este malvado fenómeno. Las llamadas vacunas extorsivas se encuentran en todos los niveles, desde los casos descubiertos en la Asamblea Nacional hasta aquellos que afectan al pobre que vende papas en la esquina. Casi todo está podrido y contaminado.

Como no podemos continuar con los brazos cruzados viendo cómo se llevan el país en peso, por algún lado debemos comenzar. El Dr. Rigaíl propone “... mantener la fe en la juventud ecuatoriana, motivándola desde la cátedra... para que los valores, el patriotismo y la resolución producto de nobles convicciones permitan a las presentes y nuevas generaciones asumir en cualquier posición de vanguardia los retos del combate inacabable contra los enemigos del pueblo ecuatoriano”.

No esperemos más. Emprendamos la lucha formándolos. No perdamos la esperanza.

Los invito a abrir este libro y estudiar en, sus más de 300 páginas, estas lecciones de moral y las estrategias para prevenir y combatir la corrupción. ¿Será posible? (O)