El 24 de junio de 2022 la Corte Suprema de los Estados Unidos dio un paso trascendental y revirtió la legalidad del aborto, poniendo fin al derecho adquirido a través del caso Roe vs. Wade el año 1973. Pero no es que en 2022 se haya declarado al aborto como ilegal, sino que más bien se delegó a cada estado la potestad de prohibirlo o restringirlo. Es así que se adoptaron tantos marcos legales como estados hay en el país, que van desde la casi total prohibición, como en Texas y Oklahoma, hasta un entorno permisivo como en Nuevo México y Colorado. Para dar un ejemplo de cómo funciona el marco regulatorio vigente, una mujer embarazada que vive en El Paso, Texas, puede viajar en su automóvil una hora hasta Las Cruces, Nuevo México, para terminar su embarazo, sin quebrantar el marco legal en ninguno de los dos estados.
En la actualidad, el 40 por ciento de mujeres estadounidenses vive en un estado con severas restricciones a la terminación voluntaria del embarazo, a pesar de ello, el número de abortos a nivel nacional ha venido en aumento desde 2022, incluso en los estados con legislación restrictiva. Esto se debe no solo a la facilidad de transportarse de un estado estricto a otro más permisivo, sino a la aparición de un método más conveniente y discreto para terminar el embarazo, cual es el aborto farmacológico.
El año 2000 el aborto farmacológico fue considerado por el Food and Drug Administration (FDA) como un método seguro y eficaz desde el punto de vista médico, y que puede usarse durante los 70 primeros días del embarazo. Este método, que no debe confundirse con el uso de “píldora del día después”, no requiere de quirófanos ni personal médico, pues consiste simplemente en tomar dos fármacos, la Mifepristona y el Misoprostol, ya sea en la privacidad de un dormitorio o en el cuarto de un hotel. La Mifepristona bloquea la hormona progesterona, sin la cual el embrión no puede implantarse en el endometrio, y el Misoprostol causa las contracciones del útero. El proceso dura alrededor de 24 horas y se reporta que es doloroso. En los últimos años, más de la mitad de los abortos en EE. UU. se han realizado con este método.
Las prohibiciones y restricciones en cada uno de los estados del país del norte se hacen cumplir ya no a través del monitoreo de las clínicas y los médicos, sino a través del seguimiento y regulación de estos fármacos que, usando el servicio postal, pueden atravesar fronteras estatales o internacionales sin mucho control. Estas medicinas también se usan legalmente para tratar otras dolencias, como, por ejemplo, para prevenir las úlceras gástricas.
El aborto es ilegal en Ecuador, excepto cuando el embarazo pone en riesgo la vida o salud de la mujer o es producto de una violación. En estos casos todos los métodos de terminación del embarazo están permitidos, incluyendo el farmacológico. Queda pues como reto para la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) la regulación y el control de las sustancias que conforman el aborto farmacológico, con la enorme dificultad que representa regular el transporte y la comercialización de los fármacos que se utilizan para este fin. (O)