Una nueva era Caroleana ha comenzado con la coronación de Carlos Felipe Arturo Jorge Mountbatten-Windsor como Carlos III, Carolos Rex, Rey del Reino Unido y soberano de los catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones del Commonwealth y titular de la Iglesia de Inglaterra.

Desde sus tiempos de príncipe de Gales, duque de Cornualles, Rothesay y Edimburgo, su figura polifacética y a veces controversial, siempre supo ser criticado y juzgado por llevar una agenda moderna y progresista para la línea conservadora de la casa real. Perfilándose como un rey más cercano a la gente que sabe escuchar, conservacionista y ecológico, ahora se verán grandes cambios.

Con el simbolismo de una ceremonia milenaria, Carlos III ha sido el cuadragésimo rey en ser coronado en la Abadía de Westminster de Londres. Ahí juró servir a la gente y obedecer a Dios. Esta es la única monarquía en el mundo con un rito de esta magnitud en donde el honor y la gloria fueron el lema en un día histórico.

En comparación con la ceremonia de coronación de su madre, la reina Isabel II, esta fue discreta y moderada. Pompa y circunstancia, todo estaba bajo control, menos el tiempo, la lluvia fue intermitente. Se estima que más de 300 millones de espectadores la siguieron por televisión en el mundo.

Hermosos arreglos con las flores oficiales del Reino Unido adornaron el recorrido de las carrozas reales, el cardo de Escocia, narcisos de Gales, tréboles de Irlanda y las rosas de Inglaterra, algunas muy probablemente importadas de los rosales de nuestro Ecuador. En muestra de magno reciclaje, después de las ceremonias todas esas flores se llevaron a refugios de mujeres abusadas, ancianatos y hospitales.

Mucho antes de heredar incalculables riquezas de su madre, Carlos III, construyó su propio imperio económico. Usando exenciones de impuestos, cuentas en el extranjero y astutas inversiones inmobiliarias, convirtió el legado estático de su patrimonio real en un negocio millonario y de lucrativos ingresos. El mejor ejemplo es lo logrado con el Ducado de Cornualles, con una cartera de bienes raíces de alrededor de 52.000 hectáreas generando millones de dólares anuales en ingresos por alquiler.

Para mejorar la vida de jóvenes desfavorecidos dándoles oportunidades con la confianza de creer en sus ideas y el dinero para poder concretarlas, en 1976 el entonces príncipe de Gales, fundó El Fondo del Príncipe o el “The Prince’s Trust”. Desde entonces, se ha ayudado a más de un millón de jóvenes a alcanzar su potencial y se ha devuelto casi 1.800 millones de dólares en valor a la sociedad.

El flamante rey finalmente encontró su destino para el que fue preparado por más de 70 años, ahora tiene que salir adelante en un país con crisis económica, recesión e inflación. Algunos países del Commonwealth han optado por nuevas reglas y no desean continuar teniéndolo como representante de la corona británica.

En uno de sus discursos alguna vez dijo: “Sólo cuando te arriesgas a llegar muy lejos, llegas a averiguar qué tan lejos puedes llegar”. Ahora su principal reto será el de conquistar al pueblo ante el creciente movimiento anti monárquico en donde muchos jóvenes también son sus aliados, ¡Dios salve al Rey! (O)