Así como el país acredita una pródiga y particular naturaleza que la hace predestinada a tener una actividad agrícola variada y sostenible, también cuenta con profesionales que han dedicado gran parte de su existencia a la investigación, que es procedente resaltar y hacer trascendente a la colectividad. Comenzaremos refiriéndonos al propulsor de un producto plenamente natural, constituido por la mezcla de varias especies del medio vegetal ecuatorial, con virtudes preventivas y curativas de patologías de difícil y hasta imposible control en las plantas.

Es la culminación del incansable esfuerzo de muchos años de entrega a la ardua tarea de la indagación agraria del Dr. Víctor Hugo Quimí Arce, con título de ingeniero agrónomo obtenido en la Universidad Ténica de Manabí y luego un doctorado en la Universidad de Londres, Imperial College, en la especialidad de manejo de nematodos, fundamentos técnicos que le permitieron descubrir sobradas ventajas en un bioestimulante, ADMF, habiendo sido probado con excelentes resultados en siembras comerciales de cacao, papaya, banano, plátano, hortalizas y flores de corte, de tal forma que ejemplares de la variedad Gros Michel, seriamente afectados por la fusariosis, raza 1, del mal de Panamá, han reaccionado hacia una recuperación y emisión de saludables racimos con una calidad y dulzor, una vez maduros, que hace recordar las bondades del antiguo tipo que prevaleció en Ecuador, que el mundo consumidor evoca con nostalgia.

Hemos querido asignar este espacio en homenaje a compatriotas que han destacado en esta materia, dando luces y soluciones a males que afectan a la agricultura, cuando la humanidad clama por más alimentos libres de pesticidas químicos, mientras las restricciones son más fuertes y escasean nuevas fórmulas que reemplacen los convencionales fitosanitarios retirados para preservar la salud y mantener el equilibrio medioambiental. Continuaremos destacando a otros acreditados científicos, extrayéndolos de su consubstancial anonimato.

El producto es 100 % nativo, elaborado a base de residuos de hojas, raíces y tubérculos, sin ningún nivel de toxicidad para quienes lo aplican, sin dejar vestigios insalubres en los frutos así logrados, luego de estimular la emisión de fitohormonas y substancias antiestrés, trastornos que también padecen las plantas, incrementando el accionar enzimático y el metabolismo de vegetales comestibles. Este portentoso biológico será sometido al escrutinio del organismo de investigación estatal, ratificando el rigor exigido para su difusión en beneficio de la agricultura planetaria, en nuestro caso es una maravillosa alternativa para hacerles frente a enfermedades como el moko en banano y plátano, ya visible en algunas regiones del Ecuador, detectado con peligrosidad y rápido avance en las provincias de Manabí, Guayas y El Oro, donde ha sido más notorio.

Creemos que es necesario apoyar a especialistas nacionales que han sobresalido, como el doctor Quimí, en encuentros internacionales organizados por Acorbat, la más reluciente asociación de técnicos en musáceas, en la que ha ejercido con gran suceso la presidencia en varios períodos. (O)