La ley monetaria, que el martes el Gobierno reenvió a la Asamblea Nacional, ahora se llama de Defensa de la Dolarización, porque una de sus principales disposiciones es que el Banco Central no pueda financiar al Gobierno nacional recibiendo bonos y entregándoles dólares virtuales, que no serían dólares de los EE. UU. sino ecuadólares. En un artículo anterior, los denominamos dólares falsetes.

Si el Ecuador emite ecuadólares sin respaldo y asignándole el mismo valor que el billete verde, confundirá a la ciudadanía y al sector financiero. Los dólares de verdad se usarían en importaciones y pagos al exterior y nos quedaríamos solo con ecuadólares con valor exclusivamente interno. El mercado terminaría por depreciar al ecuadólar. A la final encontraríamos que nuestra plata en el banco o cooperativa no es el dólar de Estados Unidos que depositamos, sino un ecuadólar devaluado. Fin de la dolarización.

Para posponer este desenlace, Arauz propone cerrar la economía a la venezolana. El Gobierno dirá quién puede hacer pagos al exterior, sea pago de estudios o tratamiento médico, qué se puede importar y qué no. A los pagos que se permitan, se le cargaría un impuesto bastante más alto que el 5 % de hoy.

El extenso proyecto de ley también propone que el Banco Central, en lugar de tener como presidente del directorio al ministro de Finanzas, tenga su propio directorio propuesto por el presidente y aprobado por la Asamblea Nacional. Eso fortalece al Banco Central en su objetivo de preservar los fondos que custodia, que son de los depositantes en bancos y cooperativas, y de gobiernos seccionales. Así era antes de las reformas del correato. Las reformas bajo Correa permitieron al Gobierno llevarse dólares del Banco Central, entregando a cambio títulos públicos que no se pueden cobrar.

El candidato Arauz tilda a este proyecto de privatizador, y a su propuesta de financiar el gasto público con ecuadólares, de fortalecimiento de la dolarización. Ambas cosas, alejadas de la verdad. Un directorio nombrado por Ejecutivo y Legislativo no es privado. Excepto si se considera privado todo lo no controlado directamente por el presidente de la República. En las naciones con instituciones sólidas, la autoridad monetaria es distinta a la fiscal. El sistema actual es creación del correato, que concentró todos los poderes en el presidente.

¿Qué hará la Asamblea con un proyecto de ley que busca blindar la dolarización? Debería aprobarlo, con cambios o sin ellos, porque la gente quiere conservar el dólar. Pero los legisladores que deseen estar de buenas con el correísmo votarían en contra, y los otros temerían que se los tilde de gobiernistas, si votan conscientemente. El proyecto de ley la tiene muy cuesta arriba.

Si la ley no pasa, difícilmente el Fondo Monetario desembolsará los $ 450 millones previstos para abril, y probablemente los otros organismos multilaterales también pararían sus desembolsos. El próximo Gobierno asumirá sin plata en caja. Si es Arauz, probablemente le echará mano al Banco Central. Si es Lasso, tendrá que formar una mayoría legislativa para el proyecto, o convencer al Fondo a que acepte posponer la toma de la medida, dadas las realidades políticas.

La no aprobación de la ley arrastraría consecuencias negativas para la economía. (O)