Creer que saber hacer algo bien basta para tener éxito empresarial es una ilusión peligrosa. Michael E. Gerber, en su obra El Mito del Emprendedor, advierte con claridad: no todo aquel con talento técnico está preparado para ser empresario.
En Ecuador, donde el emprendimiento suele ser una respuesta frente al desempleo, esta lección es más urgente que nunca. Muchos inician negocios en gastronomía, diseño o tecnología pensando que su habilidad técnica garantiza el éxito. Gerber llama a esto “la ilusión emprendedora”, y la identifica como una de las principales causas del fracaso.
El autor no desprecia las habilidades técnicas, pero recalca que emprender exige algo más: visión estratégica, liderazgo organizacional y estructura empresarial. Para Gerber, dentro de todo emprendedor conviven tres roles: el técnico, que hace el trabajo operativo; el gerente, que organiza y crea sistemas; y el emprendedor, que lidera con visión e innovación.
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El problema aparece cuando el técnico domina y se ignoran los otros dos. El resultado suele ser agotamiento, desorganización y cierre.
Gerber describe tres etapas en la evolución de una empresa: infancia, donde el fundador lo hace todo; adolescencia, cuando se delega sin procesos claros, y madurez, cuando la empresa se estructura como si fuera a franquiciarse, con sistemas documentados y replicables.
Este último enfoque es clave: diseñar negocios que no dependan únicamente del fundador permite escalabilidad y sostenibilidad.
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El Ecuador que Noboa hereda de Noboa
Ecuador cuenta con leyes como la Ley Orgánica de Emprendimiento, el Copci y programas como ‘Exportando’ o ‘Ruta del Exportador’. Las cámaras de comercio también ofrecen asesoría, certificaciones y acceso a ferias. Sin embargo, el problema no es solo normativo.
Muchos emprendedores siguen operando como técnicos autoempleados, sin visión empresarial ni preparación para crecer. El ecosistema necesita más que incentivos: requiere una transformación cultural profunda. Se debe aprender a liderar, delegar y construir estructuras que sobrevivan al esfuerzo individual.
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El Mito del Emprendedor no es un simple manual de negocios, es una advertencia clara: no trabajes en tu negocio, trabaja sobre él. Solo así se podrá pasar del autoempleo a la verdadera empresa.
Ecuador tiene talento, legislación favorable y programas de apoyo. Pero el éxito sostenible dependerá de una nueva generación de emprendedores que comprenda que saber hacer algo bien es apenas el punto de partida. (O)
Jorge Ortiz Merchán, máster en economía y políticas Públicas, Durán