Las urbanizaciones de la vía a la costa, Daule y Samborondón se distinguen por sus obras de infraestructura; no obstante, existen vicios ocultos de construcción, que si es cierto son excepcionales, podrían resultar peligrosos.
En febrero de 2019 ocurrió un daño eléctrico en las canalizaciones de una urbanización privada en la vía a Samborondón. Una cuadrilla de la Corporación Nacional de Electricidad, CNEL, llegó al sitio y determinó que el problema se originó en los cables de acometida eléctrica de la casa afectada, por defectos en las conexiones de la caja ubicada en la acera, o sea, fuera de la línea de fábrica de la vivienda. Los cables estaban recalentados, los empalmes flojos, sin conectores, mal aislados y la caja llena de agua putrefacta. Según la CNEL se tenían que cambiar los cables de acometida, pero dijeron que no les correspondía el trabajo, a sabiendas de que los daños desde el medidor hacia la calle son de su competencia. El usuario tuvo que contratar la reparación y reponer algunos electrodomésticos que se le dañaron. En abril de 2020 (en pandemia) ocurrió lo mismo en otra casa cercana, pero esta vez la empresa cumplió su trabajo. En dos años, ni la administración ni CNEL se han interesado en resolver el problema. Según el Código Eléctrico Nacional del INEN, todas las canalizaciones sobre las superficies exteriores de las edificaciones deben ser herméticas a la lluvia y disponer de drenajes. También las canalizaciones por cuyo interior discurran conductores de entrada de acometida.
El Municipio de Samborondón debe ser más prolijo en la fiscalización de la infraestructura urbanística y verificar que las canalizaciones eléctricas sean herméticas y con drenajes, antes de transferir las redes a CNEL. No se anegan por el nivel freático, pero si los ríos se desbordan podría ser catastrófico. (O)
Carlos Luis Hernández Bravo, ingeniero civil, avenida Samborondón