Que las palabras revelan lo que dicen tanto como el temple de quien lo dice quedó demostrado cuando el expresidente ecuatoriano Rafael Correa recurrió a la expresión “majestad presidencial”. Esa contradicción en los términos (una aberración de la democracia) activó las alarmas sobre quien la empleaba, con su pretensión de ser reverenciado y hacer lo que se le antojaba.

Una muestra de lo que acarrean esas retóricas de la prepotencia la sufrió la Universidad Andina con la persecución de ese mismo presidente, y que se puede entender en profundidad con dos libros ejemplares de reciente aparición. Por una parte, el de Saudia Levoyer y Gonzalo Ordóñez: Geometría fractal y discurso populista. El socialismo del siglo XXI en América Latina, en una coedición de la UASB y Editorial El Conejo. Por otra, el de Álvaro Mejía Salazar: La desviación de poder. El caso de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, 2016-2017, también en coedición, con Ius et Historiae Ediciones. Los tres son académicos destacados en el campo de la comunicación y el derecho en la Universidad Andina.

Conviene leer ambos libros en paralelo. Revelan dos rostros del mismo monstruo totalitario, perversamente retórico. Que Velasco Ibarra encontró un competidor verbal en Correa, no es una novedad. Sí lo es la diferencia tecnológica y populista que replicó el discurso correísta como una matriz –lo fractal es el eje del estudio de Levoyer y Ordoñez– de la que se proyectaron consignas con un reduccionismo de léxico orientado a la propaganda y el adoctrinamiento. El enfoque cuantitativo sobre el discurso de Correa parte, por ejemplo, del estudio de más de 45.000 palabras en cuatro discursos donde se establece la modulación de adverbios totalizantes (siempre, nunca, todo y nada). En esta línea el análisis también es comparatista con los discursos de Hugo Chávez y, similitud escalofriante, Adolf Hitler.

Por su parte, Mejía Salazar no solo que realiza un análisis del concepto de “desviación de poder”, en sus antecedentes, conceptos y tipologías, sino que cuenta con el conocimiento de la experiencia propia. El autor es el procurador de la Universidad Andina y, como todos sus miembros, afrontó el acoso a través de varias instituciones del Estado instrumentalizadas durante ese periodo (Ministerio de Trabajo, IESS, Contraloría General del Estado, Servicio de Rentas Internas), e incluso a través de un Parlamento Andino infiltrado. Todo se registra en este libro que se convierte en una referencia y una crónica descarnada de la desviación de poder.

La Universidad Andina resistió y triunfó, como lo demuestra, además, el reciente avance en su autonomía: la Comunidad Andina ha resuelto una serie de reformas en el estatuto de la Universidad que le permiten afianzarse como una institución de derecho público internacional y comunitario sin flancos por los que se vulnere su autonomía. Estos libros notables dan pautas para comprender las amenazas y los atropellos, y estar a tiempo de evitarlos, identificando hechos, procedimientos, y sobre todo las palabras y sus reveladoras construcciones. (O)