Cuando voy a las librerías, me gusta acercarme a la sección economía y negocios y ver los temas sobre los que están escribiendo los gurús del área. En cierta ocasión vi un libro de liderazgo que me impactó desde la portada, y que siempre recuerdo cuando me enfrento a importantes decisiones. La tapa del libro mostraba dos peceras de diferente tamaño, y desde la más pequeña saltaba un pez dorado hacia la más grande, dándole imagen al título: The Big Leap, una estupenda obra de Gay Hendricks publicada en el 2009 que hoy viene a mi mente al pensar en el contexto del Ecuador y el gran salto que tenemos que dar como país, para pasar de la agricultura a la agroindustria, con miras a un futuro con más empleo y con oferta exportable diversificada.

Si bien es cierto, el libro al que hago mención se concentra directamente en aspectos relacionados con la autorrealización, le encuentro muchas similitudes a las decisiones que tenemos que tomar como país para dejar en el pasado ese modelo económico basado en la exportación petrolera y de bienes primarios llamados commodities agrícolas, y abrirnos paso con la exportación de productos con valor agregado: agroindustria. En el libro hay dos conceptos relacionados entre sí, y que creo conveniente extrapolar al caso de Ecuador.

El autor mencionaba ‘el problema del límite superior’, en el cual nos expone muchos ejemplos famosos de personas con grandes talentos o posibilidades, quienes finalmente no aprovecharon a cabalidad su potencial por diferentes razones que giran en torno a una especie de autosabotaje derivado del conformismo. Y pensando en este tema, yo veo a mi país en una situación de mucha autocomplacencia originada en los superciclos o boom petroleros, y los exitosos años exportando commodities. Por un lado, teníamos a los gobiernos llenando sus arcas con recursos fáciles, y, por el otro, a empresarios que han innovado poco o nada en varias décadas. Nos hemos impuesto un límite superior que hay que derribar si queremos ver al Ecuador en el camino correcto.

El otro concepto, y que va de la mano con el ya descrito, es la búsqueda de ‘la zona de genialidad’. En el texto hay ejemplos de personas que vencieron ese límite superior autoimpuesto, y avanzaron al siguiente nivel de trascendencia en sus carreras. Ciertamente, ese es el paso que debe dar el Ecuador. Reflexionando: ya somos buenos y quizás los mejores en la exportación de camarón, banano, cacao, entre otros. Aquello genera divisas, empleo, recaudación tributaria y desarrollo, pero eso tiene un límite. Por lo general estamos sujetos a las dinámicas de precios internacionales propia de los commodities, por esto, propongo ir en búsqueda de esa zona de genialidad, rompiendo paradigmas. Que el producto agropecuario sea llevado a la manufactura, y que incorporemos procesos industriales que permitan diversificar nuestra oferta exportable con productos que tengan valor agregado con el sello Ecuador.

Lograr esto implica una tarea pendiente para todos: el Gobierno, los empresarios, y los gremios y asociaciones. Romper ese límite autoimpuesto, llevar al país a la zona de genialidad y dar el gran salto. (O)

* Nuestra invitada. Empresaria.