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Espero que a través de esta columna nos mantengamos cercanos durante el año que hoy se inicia. Comunicarnos es entender nuestra razón de ser. ¿Mis anhelos para ustedes? Que en este año tengan salud, trabajo, ganas de vivir, paz y unión familiar. Que sus propósitos se cumplan: 20/20. Sí, aspiremos a un veinte sobre veinte. ¿Qué más? Creo en Ecuador y en su gente, es por eso que anhelo que no perdamos el optimismo. Es posible que debamos esperar contra toda esperanza; de ser necesario: hagámoslo. El futuro lo fabricamos nosotros.

Cuando en tono pesimista concluimos que en Ecuador ‘todo está por hacerse’ creo que es tiempo para robustecer nuestro optimismo porque si todo está por hacerse es que tenemos frente a nuestros ojos un extenso campo de trabajo para hacer de nuestra patria aquello que siempre hemos anhelado; significa que no hay tiempo que perder, que es hora de compensar omisiones y de renovar esfuerzos. Me aprovecho de una noticia, publicada en la segunda mitad de diciembre, para esbozar posibles metas que podemos proponernos cada uno de nosotros, independientemente de aquello que los gobiernos de turno puedan hacer.

¿A qué noticia me refiero? A la que investiga cuáles son los países más felices del planeta: de entre 157 Ecuador ocupa el puesto 50. Esta investigación tiene datos sorprendentes que invitan a pensar en qué consiste la felicidad. Países desarrollados que los consideramos felices porque alcanzaron sus metas no lo son, y viceversa.

El egocentrismo, el consumismo y el no vivir el presente son actitudes opuestas a la felicidad, es decir, ‘las apariencias engañan’; quien tiene mucho dinero y compra todo aquello que se le antoja, no por eso es necesariamente feliz; una persona que tiene poco dinero y por esta causa está impedida de comprar lo que desea, no por eso es infeliz. Quizá sea por esta razón que al mirar videos que retratan nuestras vivencias de los años sesenta, por ejemplo, concluimos que siendo más pobres que hoy, éramos más felices.

Decisión de este primero de enero de 2020 bien puede ser esta: los que ya somos felices tratar de no perder esta conquista; quienes no lo son, por diversas causas, empeñarse en conquistar la felicidad. Un país feliz debe empeñarse en no perder su buen ánimo y en colocar ese elemento al servicio de la sociedad.

¿En qué consiste la felicidad? El índice global de felicidad es una publicación anual de las Naciones Unidas que mide la felicidad en 157 países, basándose en diversos factores. El informe clasifica a las naciones según seis indicadores que reflejan el bienestar: ingresos, libertad, confianza, esperanza de vida saludable, apoyo social y generosidad. Finlandia, Dinamarca, Noruega e Islandia son los países más felices del mundo. Ecuador ocupa el puesto 50 y después de nosotros están Rusia, China, Japón, Corea del Sur, entre otros.​ Pienso que si cada uno de nosotros busca la felicidad como objetivo de su vida muchas cosas pueden cambiar.

El éxito es conseguir lo que se quiere… La felicidad es querer lo que obtienes”,  Dale Carnegie.

(O)