El suero de leche es un líquido, residuo de la fabricación de los quesos y como composición contiene alto contenido de agua (94%), algo de lactosa y pocas proteínas. Por años, el suero de leche solamente era utilizado como alimento para los cerdos.
En Europa, en los años 50 y con nuevas tecnologías, logran sacarle al suero el olor y sabor a queso desagradable que tiene. Seguidamente, con el logro tecnológico, el suero de leche se comienza a vender como bebida energizante para los deportistas, agregándole saborizantes y azúcar. Después vino la fabricación de suero de leche en polvo para la industria de balanceados y que a simple vista es similar a la leche en polvo descremada.
Al secar 94% de agua que tiene el suero para convertirlo en polvo, aumentan el contenido de carbohidratos (lactosa), minerales y proteínas. Si bien estos nutrientes son más bajos que las que tiene la leche, esto no significa que botarlo o prohibir el uso del suero es la solución. Hace muchos años, en países desarrollados, la industria comenzó a usar el suero de leche como sustituto de la leche en los elaborados de helados, yogures, panificación, chocolates, etc.
En la actualidad hay una variedad de polvos que son derivados del suero de leche con diferentes concentraciones nutricionales que se consideran proteínas aisladas. Así mismo el precio varía, pudiendo ser menos que la leche o llegar a costar hasta diez veces más. Esto depende de su concentración en proteínas. Existen muchos productos para niños, deportistas, etc., que necesitan llevar estos sueros con alto contenido de proteínas.
Desde hace 37 años soy heladero. Por ser de alta calidad, en la elaboración de mis productos no uso suero de leche y a pesar de que la competencia sí lo usa para bajar sus costos y calidad afectando mi negocio por precio, considero que mis años de experiencia me permiten decirles a las autoridades y a los ganaderos que es un error que prohíban el uso del suero de leche. Ni en los países más ricos se dan el lujo de botar un alimento que es nutritivo.
La solución es que la Agencia de Regulación y Control (Arcsa), controle a los fabricantes para que declaren el uso del suero de leche dentro de la descripción de los ingredientes en los productos para la venta al público y que el consumidor sea el que elija entre dos o más productos sustitutivos.
Lo que más me sorprende es que hay fábricas ecuatorianas de leche en polvo que están relacionadas con los ganaderos y que venden una leche en polvo más barata y que al investigar, me enteré que tenía alto contenido de suero de leche en polvo y no estaba declarado en el contenido nutricional del saco. He visto en supermercados productos alimenticios fabricados en otros países y que en sus ingredientes tienen alto contenido de suero de leche. Si prohíben a los industriales ecuatorianos el uso del suero, sería una competencia dispar con los productos importados que sí lo tienen.
Señores ganaderos, creo que el problema está por otro lado. Si ustedes quieren vender más leche, demuestren las cualidades y beneficios de la leche pura frente a otros subproductos y si es posible bajen los precios para que aumente el consumo.
Diariamente los industriales nos enfrentamos a la competencia y nos esforzamos en bajar los costos, tarea complicada porque el Ecuador está extremadamente caro comparado con otros países de la región y no es por la dolarización como nos tratan de convencer sino por tantos impuestos que nos cobran por todos lados. (O)
Aldo Faidutti Navarrete,
industrial, Guayaquil