La evolución de las ciudades y el aumento constante de la población en todo el mundo ha provocado cambios en su desarrollo. 

El hecho es que la creación de ciudades satélites lejos de los centros de trabajo provoca grandes problemas de movilidad. Una alternativa muestra cambios en la fisonomía de las ciudades a nivel mundial, viviendas y edificios se van transformando en nuevas viviendas para nuevas familias que se mantienen unidas pero independientes, así empieza un proceso de divisiones, remodelación, fraccionamiento. Sucede en grandes ciudades, sucede en Ecuador, sucede en Guayaquil. 

Estar acorde a la evolución de las sociedades es normal y necesario, pero nos encontramos con más frecuencia de lo que nos imaginamos con personas que no entienden estos procesos naturales. En Guayaquil, desde hace muchos años, las trabas para acceder a un permiso de construcción, sea de vivienda  nueva, remodelación, ampliación o reparación, se tornan en un verdadero viacrucis. Proyectos que significan desarrollo, trabajo a mano de obra no calificada, progreso a la ciudad, se pierden por la cantidad de obstáculos con los que nos enfrentamos los profesionales de la construcción. Sin embargo, en ocasiones, proyectos que aparentemente se perdieron, luego de un tiempo los vemos realizados no por otro profesional sino por maestros, y con los diseños originales. Nadie se explica cómo. El Municipio pierde de recaudar lo que le corresponde por obras que no pasan por medios regulares; las empresas distribuidoras de materiales de construcción se han multiplicado no en la misma proporción de los permisos de construcción. La estocada final fue la implantación de un sistema de aprobación de planos por vía internet, que es uno de los más grandes enredos bien planificados, en la que los usuarios deben recurrir irremediablemente a tramitadores, con las consecuencias imaginables. El Municipio debe con urgencia cambiar esta estructura que impide un desarrollo más lógico de la ciudad, que provocaría un aumento inmediato de trabajo a obreros. Un método de control siempre debe existir, con permisos, a cambio de permitir nuevos emprendimientos que actualmente están frenados por la burocracia. La alcaldesa puede pasar a la historia como desarrolladora  incorporando a la empresa privada al progreso de Guayaquil.(O)

Jaime Oswaldo Toro García,

arquitecto, Guayaquil