San Juan Pablo II, hablando con relación al Día del Trabajo, afirmaba que mediante el trabajo el hombre no solo transforma la naturaleza para responder a sus necesidades, sino que se realiza a sí mismo como persona. Y el papa Francisco ha dedicado al trabajo una particular atención en su encíclica Laudato Sii, y ha recordado que “donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de su Iglesia”.
La forma del trabajo cambia vertiginosamente debido a las nuevas tecnologías, a la globalización y a las nuevas formas de gestión empresarial, pero estoy convencido de ello, el trabajo sigue y seguirá siendo un elemento central de la actividad económica, de la justicia social y de la dignidad humana.(O)

Enric Barrull Casals,
Cataluña, España