Con motivo del seminario técnico organizado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos del Guayas sobre la presencia de cadmio en los suelos y su contaminación a los frutos de cacao que ha puesto en grave entredicho la elaboración y exportación de chocolate y del grano mismo, se tuvo la oportunidad de escuchar fundamentados criterios sobre buenas prácticas agrícolas para mitigar esos riesgos. Una de ellas, a la que se dio especial énfasis, fue la relacionada con el riego, cuyo objetivo es compensar las deficiencias que dejan las irregulares precipitaciones o la falta de ellas.

Los déficit de agua crean en los suelos condiciones de acumulación inadecuadas de cadmio y otros elementos dañinos que fluyen con más facilidad hacia las hojas, los frutos y granos provocando concentraciones superiores a las permitidas, a diferencia de lo que ocurre cuando hay suficiente disponibilidad hídrica que facilita la dilución en los alrededores de las raíces y, por consecuencia, aumenta la turgencia de los órganos aéreos y la frondosidad de las plantas reduciendo la cuantificación de substancias indeseables.

Por tanto, la provisión de agua en las mejores condiciones de uniformidad, suficiencia y periodicidad, con costos razonables, especialmente para las pequeñas y medianas plantaciones de cacao, que son la mayoría en el país, se convierte en una ineludible actividad. Dentro del antes aludido evento técnico, de manera práctica se demostró la operación de un sistema de riego de fácil uso, bajo valor de inversión y mantenimiento, sin dispendio de agua, ajustable a las especiales características cacaoteras del Ecuador. Se lo denomina riego por pulsos, canal discontinuo o con intermitencia, que evita la pérdida por percolación profunda y requiere poca manipulación.

Es un método sencillo, movible, integrado por una válvula de aluminio, tipo mariposa, que opera mediante un controlador que ajusta el programa de riego y trabaja con energía solar, con muchos días de autonomía de funcionamiento. La distribución del agua es en forma de pulsos discontinuos, a través de mangas de polietileno, donde se instalan unas pequeñas compuertas, posicionadas en cada surco poco profundo, con caudal regulable y uniforme, de rápida cobertura capaz de regar 10 hectáreas en un día, de tal versatilidad que cuenta con un kit de fertirrigación para la aplicación de fertilizantes solubles.

Expertos en cultivos tecnificados de cacao consideran que el riego adecuado es una labor indispensable para alcanzar productividades que garanticen estimulante rentabilidad a empresarios de todo nivel, que además debe aplicarse de tal forma que no provoque la caída floral, lo cual se consigue con ese tipo de riego por superficie, para sembríos en hileras, adaptable con éxito a toda clase de plantíos tanto permanentes como de ciclo corto, siempre en terrenos de gradientes no pronunciadas.

Los pioneros en la instalación de este novedoso equipo, empleado por primera vez en fincas cacaoteras del Ecuador y del mundo, son los ingenieros agrónomos Patricio Viteri Cabezas, MSc. y su padre Patricio Viteri Estévez, en su propiedad ubicada en la parroquia Febres Cordero, provincia de Los Ríos, presagiando que su generalizada adopción determinaría incrementos ostensibles de productividad e incorporará a la riqueza nacional áreas agrícolas carentes de riego. (O)