Ahora que está de moda el uso de la palabra diezmo, para referirse a las donaciones ilegales de colaboradores de asambleístas, sugiero a los medios de comunicación que mejor utilicen sinónimos como: contribución, impuesto, tasa tributo.

¿Por qué?, porque el diezmo (del latín decimus, décimo) es un impuesto del 10 por ciento, la décima parte de los haberes ganados. La Biblia en Levítico 27:30 dice: “Todo diezmo de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, pertenece a Yahvé; es cosa consagrada a Yahvé”. En pocas palabras, ¡el diezmo es de Dios; el diezmo es consagrado a Dios! No se ve bien que se utilice la palabra diezmo para simbolizar actos de corrupción, pillerías, estafas, sobornos, contribuciones de asambleístas, compras de cargos, etcétera.

Para las comunidades creyentes en Dios, los diezmos sirven para solventar los gastos que se presentan en nuestras iglesias, mantenimiento de los templos y sobre todo para difusión de la palabra de nuestro Padre.(O)

Mayra Camposano Costa,

ama de casa, Guayaquil