Por tercer año consecutivo y con inocultable éxito, del 15 al 25 de noviembre se desarrolla en la Centinela del Sur el Festival Internacional de Artes Vivas (FIAV) 2018, evento que como bien lo define el Decreto Ejecutivo 1416 del 18-05-2017, tiene el carácter de “… prioritario y recurrente, con sede en la ciudad de Loja, a realizarse anualmente durante el mes de noviembre”. Ciertamente, quienes viven en esa paradisiaca ciudad intermedia, así como sus visitantes, tienen el privilegio de ser testigos de una variada y nutrida programación que reúne a importantes agrupaciones de las artes escénicas a nivel nacional y del exterior, en este último caso, provenientes de países como España, Francia, Italia, Japón, México, Argentina, Colombia, Cuba y Perú.

Las calles, plazas, teatros y otros espacios públicos de Loja, durante once intensos días, se llenan de color, sonido y arte como expresiones de la más variada y exquisita manifestación cultural, que incluye al teatro, música, clown, danza, circo, mimos, etcétera. Con esta oportunidad, y de manera cercana, el artista se comunica con su público, sea adulto o joven, transmitiendo su mensaje que es capaz de conmover y, sobre todo, transformar al individuo y por ende a la sociedad. Por eso la importancia vital y estratégica de mantener y consolidar en la agenda internacional de festivales la programación del FIAV de Loja, que con el pasar de los años adquiere mayor presencia y renombre allende las fronteras.

De ahí que resulta desconcertante escuchar, si bien, por un lado, a Raúl Pérez Torres, ministro de Cultura, decir a los lojanos que ya se cuenta con los recursos para el Cuarto Festival Internacional de Artes Vivas (FIAV) 2019 y, por otro, a Eduardo Jurado, secretario general de la Presidencia de la República, no poder ratificar si Loja seguirá siendo –conforme consta en el Decreto Nº 1416– la sede de la programación 2019. Apenas pudo responder, y de forma titubeante, ante la inquietud directa de una periodista: “Me hace medio difícil la pregunta, pero estimaremos que sí”.

Esto último deja una honda preocupación y más aún cuando se escuchan destempladas voces de convertir al Festival Internacional de Artes Vivas en una actividad anual itinerante, con lo cual se pretendería quitar la sede a la ciudad de Loja, a pesar de ser, paradójicamente, la capital cultural y musical del Ecuador. Este dislate es igual o mayor, a proponer, por ejemplo, que la Fiesta de la Fruta y de las Flores, como suceso popular propio de Ambato, se celebre de manera rotativa en otras urbes.

Uno de los mayores enemigos del desarrollo de las provincias fronterizas y de aquellas que están alejadas de los polos de desarrollo ha sido ese centralismo enfermizo, que absorbe y despoja recursos y cuya impertinente burocracia y sus corifeos, jugando a ser dios, pretende decidir detrás de un escritorio y a control remoto, la suerte y bienestar de comunidades enteras que viven en ciudades satélites. Desde allá se ‘planifica’, se resuelve, se agrega, se resta…

Por lo mismo, hay que blindar jurídicamente al Festival Internacional de Artes Vivas que tiene designado su lugar de encuentro a Loja, el último rincón del mundo. (O)

* Economista.