En el segundo trimestre, la economía creció apenas 0,9% interanual. Hay quienes tienen expectativas que superaremos pronto la recesión económica. El precio del petróleo WTI se ha recuperado a $73 el barril, de $ 42 en 2016, el peor año. Desde mayo hay un equipo que trabaja por enderezar el rumbo de la economía.

Lamentablemente, no habrá reactivación en el futuro inmediato, por mejor gestión que hagan las autoridades económicas.

Hay muchos problemas que resolver; centrémonos en dos: fiscal y competitividad.

El fiscal: hay un déficit mayúsculo, en parte por el fortísimo pago de intereses de la onerosa deuda contraída por el régimen anterior. El dinero no se invirtió en obras que aumentasen la productividad. Además hay un impuesto, a la salida de divisas, que desalienta las exportaciones y el ingreso de capitales.

Se requiere reducir el consumo, bajar nuestro nivel de vida del que tuvimos tarjeteando $ 5 mil millones anuales. Pero el consumo de las administraciones públicas creció 3,9%. En la burocracia no hay recesión.

La solución del problema fiscal es económicamente fácil, políticamente difícil. Con tres medidas, se podría disminuir drásticamente el déficit: eliminar el subsidio a la gasolina y focalizar los de diésel y gas; volver el IVA al 14%; no renovar los contratos ocasionales en la administración pública. Pero al Gobierno le preocupa el impacto social.

Más difícil es el problema de la competitividad.

Dada la necesidad de bajar la deuda externa, tenemos que producir más divisas de las que consumimos. Si no entran divisas, no podemos gastar divisas importando. Para que no haya demanda de importaciones, tiene que estar deprimido el consumo interno.

Hay que atraer divisas que no sean por deuda pública. Que empresarios nacionales se endeuden afuera para invertir. O inversión extranjera. Mayores exportaciones.

Pero el Gobierno anterior apostó al crecimiento hacia adentro, algo desaconsejable para un país dolarizado, y nos convirtió en país caro. Ecuador disputa con Chile el galardón de país latinoamericano del mayor salario mínimo, superando a Argentina, Brasil, México, Colombia y Perú. ¿Cómo podemos competir?

Las autoridades están trabajando en ello, pero los resultados no son de un día al otro. La Ley de Fomento Productivo otorga beneficios tributarios a quienes inviertan en los próximos 24 meses. Son hasta excesivamente generosos, pero la ventana para aprovecharlos es estrecha, y hay una urgencia de atraer capitales. Paralelamente se busca mejorar el clima regulatorio, simplificándolo, y desmantelar la maquinaria de corrupción montada por el Gobierno anterior. También mediante la Ley de Fomento se deja sin efecto una disposición del SRI que desalentaba la deuda privada.

El ministro de Hidrocarburos se maneja en varios frentes para aumentar la producción petrolera en unos 50 mil barriles diarios durante tres años consecutivos, lo que incrementaría fuertemente las exportaciones. La minería se perfilaba como la gran proveedora de divisas, pero una decisión de la Corte Superior del Azuay concluye que el voto Sí a la pregunta minera del referendo significa que votamos por declarar inconstitucional a la minería industrial.

Mientras más rápido sea el ajuste y mayor la reducción de costos de producción, más pronto comenzará la recuperación. Pero recién empezamos. ¿Qué acciones concretas adoptarán, para alentar la inversión y exportaciones? (O)