Las Fuerzas Armadas del Ecuador (FF. AA.) han mantenido una ofensiva sin precedentes contra la minería ilegal al registrar al menos 30 intervenciones de alto impacto en los últimos días.

Concentradas principalmente en provincias amazónicas y fronterizas, estas operaciones han resultado en la destrucción de decenas de excavadoras, campamentos y explosivos, lo que ha afectado directamente a las economías de los grupos criminales.

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La intensidad de las acciones militares se tradujo en la destrucción de infraestructura, incluyendo la inhabilitación de excavadoras, la aprehensión de armamento y el decomiso de grandes cantidades de combustible y material aurífero.

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Este despliegue constante se enfoca en zonas críticas como Imbabura, Napo, Morona Santiago, Carchi, Zamora Chinchipe, Sucumbíos y Azuay, donde, según la Policía, la actividad extractiva ilícita financia a organizaciones delictivas.

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Solo en la primera semana de noviembre, las FF. AA. ejecutaron varias acciones en contra de la minería ilegal. Por ejemplo, el pasado 6 de noviembre, en El Cristal, sector de Buenos Aires (Imbabura), se identificaron ocho personas y se desmanteló un campamento con 31 habitaciones.

Ese mismo día en Puní Kotona (Napo) se inhabilitaron dos excavadoras y una clasificadora Z, un equipo esencial para la extracción de oro.

Además, el pasado 4 de noviembre, en El Chical (Carchi) la operación resultó en el decomiso de 500 sacos de material aurífero, 21 generadores y una cantidad significativa de explosivos.

Otros golpes relevantes ocurrieron en Pastaza el pasado 2 de noviembre con la destrucción de dos excavadoras y la incautación de 200 galones de diésel, así como en Zamora Chinchipe, el anterior 1 de noviembre, donde se inhabilitaron cinco excavadoras en La Canela.

El balance de octubre fue aún más intenso, pues hubo operativos casi diarios que destruyeron más de diez excavadoras y miles de galones de combustible.

El pasado 13 de octubre, las FF. AA. ejecutaron una operación en la zona de Buenos Aires, específicamente en sectores como Mina Nueva y Mina Vieja. El Ejército y la Fuerza Aérea bombardearon instalaciones ilegales con apoyo aéreo.

Días después, un coche bomba explotó en el centro de Guayaquil. Información militar reveló que sería represalia de Los Lobos por las intervenciones para mitigar la minería ilegal en Buenos Aires. El ataque de las FF. AA. a la misma zona se repitió el pasado 19 de octubre.

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El ministro del Interior, John Reimberg, afirmó que los recientes atentados con bombas frustrados en Quito y Guayaquil son una reacción directa de los grupos criminales a la presión militar.

Durante una entrevista para Teleamazonas, Reimberg aseguró este viernes, 7 de noviembre, que las amenazas con bombas responden a las cuantiosas pérdidas económicas que las intervenciones estatales han infligido a la minería ilegal.

Según el ministro, una operación militar en Azuay, que destruyó maquinaria y bocaminas, causó una pérdida aproximada de un millón de dólares diarios a estas estructuras delictivas.

En consecuencia, el ministro señaló que el intento de amedrentamiento es un signo de la preocupación de las organizaciones delictivas ante la firmeza del Estado.

Las FF. AA. han continuado su labor con operaciones como la reciente en Pucará (Azuay), donde unidades de élite destruyeron 22 bocaminas, tres retroexcavadoras y más de 4.420 explosivos, con una afectación económica valorada en cerca de $ 1,67 millones (I).