Que se esclarezcan los hechos y se haga justicia. Ese es el pedido de los familiares de dos hombres que resultaron heridos de bala en la avenida Domingo Comín, en el sur de Guayaquil, el 2 de febrero, antes del mediodía.

Uno de ellos, identificado como Carlos Vega Ipanaqué, de 19 años, murió al día siguiente, pasadas las 07:00. El día en que ocurrió este suceso se indicó que uniformados supuestamente seguían a dos personas que iban en un auto de color vino y que habrían evadido un control que se ejecutaba en el sector del camal municipal.

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Tanto el conductor, Eduardo Velasco, como el pasajero, Carlos Vega (ambos primos), resultaron con heridas de bala.

Dos hombres resultaron heridos en una persecución policial en la av. Domingo Comín

En un testimonio recogido por el Comité Permanente por la Defensa de Derechos Humanos (CDH), Gloria Bone, tía de ambos hombres, mencionó que el hecho se dio cuando ellos iban a vender un perro de raza pitbull. Al llegar al sitio, según ella, el conductor se percató de que había tres militares que estaban ubicados en distintas posiciones.

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El chofer, según la mujer, se bajó del carro y pidió a los uniformados que lo dejaran pasar ya que se dirigía al sector de la universidad que hay allí. El militar le habría indicado que no podía pasar y que debía retroceder, porque estaban en un operativo.

Gloria Bone contó que su sobrino retrocedió el vehículo para salir del sitio, pero en esa maniobra rozó un patrullero que estaba allí. Ante ello, según la mujer, un militar le pateó el auto y el conductor le respondió: “Suave, que ya voy a salir”.

Luego de aquello, relató Bone, el militar disparó, pero no al conductor sino a quien iba de copiloto. Es decir, a su otro sobrino, Carlos Vega.

Ambos hombres salieron en el carro, según el testimonio, hacia el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), pero en el camino se detuvieron en la av. Domingo Comín por la gravedad del herido.

El conductor pedía ayuda para su primo, gritaba por una ambulancia y en ese lapso llegaron los militares que estaban en el procedimiento anterior, en el barrio Cuba, según Gloria Bone.

Allí a ambos los habrían tirado al piso y al ahora occiso incluso le habrían aplastado la herida. “Él tiene la huella de la bota en el pecho, le aplastaban la herida”, dijo la mujer.

Ella refirió que el vehículo no tenía problemas legales, que su sobrino lo alquilaba para taxear, que no encontraron nada sospechoso en la unidad y que ninguno de los dos tiene antecedentes penales.

Por eso dijo sentirse extrañada de que en el reporte del hecho conste que sus sobrinos incurrieran en la figura de ataque y resistencia y terrorismo.

“La muerte de mi sobrino no ocurre en una persecución. Recibíamos una información variada, pero nunca una información oficial por algún médico que nos diga estamos atendiendo a su familiar, está siendo atendido. Solamente nos decían no, es que es herido de bala, no lo van a atender hasta que el fiscal no llegue”, relató.

Según la autopsia, de acuerdo con Gloria Bone, Carlos Vega recibió cuatro impactos de bala. Dos le perforaron el pulmón y los otros dos proyectiles le destrozaron el estómago y la columna vertebral.

Eduardo Velasco, quien también estaba herido, se salvó. Le dieron medidas sustitutivas y tiene custodia policial hasta que termine la instrucción fiscal y se determine que no hubo ataque y resistencia, dijo Bone.

“Como familia lo que nosotros pedimos es que se haga justicia, que se esclarezcan las cosas y que salga a la luz. Y que así como se manchó el nombre de mis sobrinos ahora la prensa que escribió que eran terroristas, que vuelvan y digan que mis sobrinos no eran ningunos terroristas”, expresó la mujer. (I)