Sin violencia ni un liderazgo único, colectivos de Guayas ahora buscan fortalecer su propio ‘Parlamento de los Pueblos’

A veinticuatro días del inicio del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Guayaquil ha mantenido un tono distinto frente a la conflictividad y la violencia observada en otras provincias. Hasta ahora muchos colectivos han actuado de manera independiente en sus protestas, pero en los últimos días han comenzado a articularse bajo el Parlamento de los Pueblos del Guayas , con el que buscan unificar esfuerzos y coordinar estrategias. Esta conformación prevé fortalecerse, además, para impulsar la campaña por el no en la consulta popular de noviembre . En el Puerto Principal las protestas se han desarrollado de manera pacífica y descentralizada, con múltiples colectivos y organizaciones sociales ejerciendo su derecho a la manifestación sin un liderazgo único. Estas acciones se diferencian de Quito y varias ciudades de la sierra norte del país, donde se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, con cierres de vías y uso de bombas lacrimógenas, heridos y hasta fallecidos. Desde los primeros días del paro, las organizaciones que participan en Guayaquil han concentrado sus acciones en el centro de la ciudad , especialmente en el parque Centenario, la avenida 9 de Octubre y los exteriores del Museo Nahim Isaías o de la Caja del Seguro, con recorridos cortos acompañados de expresiones artísticas. La naturaleza de estas manifestaciones ha sido mayoritariamente de plantones, entrega de volantes y recorridos simbólicos , con un marcado énfasis en mantener la paz y el orden . Entre los colectivos que han formado parte de estas acciones destacan el Frente Popular y Mopkice (Movimiento Indígena del Pueblo Kichwa de la Costa). Así como el colectivo Kontra Kultura , que promueve la consigna “A parar para avanzar”; el Círculo Feminista del Ecuador ; La Clandestina , murguita de la calle, conocida por protestar con música; y la Coordinadora de Organizaciones Populares y Comunitarias. Estas agrupaciones junto con otras, que se suman a las jornadas de manera espontánea, han demostrado que las protestas en Guayaquil no dependen de un único rostro ni de una sola estrategia de movilización. Cada colectivo ha desarrollado sus actividades de manera autónoma, con su propia dinámica y foco de acción, pero compartiendo la finalidad de expresar rechazo a ciertas políticas económicas del gobierno de Daniel Noboa y exigir la derogatoria del Decreto 126, que eliminó el subsidio al diésel y ha sido considerado por los colectivos como un incremento significativo en los costos de transporte y producción para millones de familias.El comportamiento de estas organizaciones contrasta con el modelo observado en Quito, donde el Parlamento de los Pueblos agrupa a sindicatos, movimientos indígenas y organizaciones sociales bajo un liderazgo centralizado, y donde las protestas han derivado en enfrentamientos con la fuerza pública y cierres de vías estratégicas. “En Guayaquil, la protesta sigue activa gracias a la organización y compromiso de cada sector. Cada agrupación convoca según sus fuerzas, su agenda y su voz. Nadie se rinde, nadie se vende, nadie se calla. La lucha continúa en unidad, porque la dignidad del pueblo no se negocia”, dice Hugo Lema, representante del Movimiento Indígena del Pueblo Kichwa de la Costa (Mopkice), quien señaló a este Diario que la protesta se ha mantenido “firme y pacífica” pese a intentos de provocación por parte de la fuerza pública. “El pueblo no ha caído en esas trampas. La protesta se ha expresado en carteles, marchas, vocerías y ruedas de prensa de distintas organizaciones sociales”, indicó.Según Lema , el actual malestar ciudadano tiene raíces en el desencanto posterior al último proceso electoral. “Muchos confiaron en que el gobierno de Noboa traería bienestar, pero hoy la mayoría siente el golpe del paquetazo y reconoce que fue una mentira. De cada diez personas que votaron por Noboa, siete se sienten engañadas y frustradas por sus políticas que afectan directamente la economía familiar”, afirmó.En su criterio, el movimiento social en la Costa ha mantenido su actividad económica, pero también ha fortalecido su conciencia colectiva y al igual que ocurrió en la capital están trabajando para fortalecer al Parlamento de los Pueblos del Guayas. En este parlamento incluyen a grupos de afrodescendientes, montuvios, indígenas y sectores populares y explica que todos deciden juntos, “sin depender de un solo líder, porque las decisiones son colectivas y nacen desde abajo”. Lema insistió en que las medidas económicas del Gobierno no afectan únicamente al movimiento indígena sino a todo el Ecuador. “Ya basta de dejar que solo ellos carguen con la lucha. Es hora de que toda la sociedad se levante”, manifestó y subrayó que los liderazgos en Guayaquil se construyen desde la base. “En el movimiento indígena en Guayaquil hemos orientado a que los liderazgos sean genuinos, legitimados y colectivos, que representen a barrios, trabajadores, comerciantes, profesionales, estudiantes, jubilados, transportistas, jóvenes y pueblos históricamente excluidos como los indígenas, montuvios y afrodescendientes”, apuntó.Sobre esta articulación reciente del Parlamento de los Pueblos , Alonso López, director de Unidad Popular y parte del Frente Popular , explicó que esta estructura ha permitido sumar a organizaciones sindicales, políticas y sociales, entre ellas el FUT, la UNE, el movimiento indígena y la Feunassc.“La conformación del Parlamento de los Pueblos en Guayas ha sumado a los sectores sociales y políticos en lucha. Es una coordinación de la resistencia social que permite unificar la lucha y derrotar al régimen neoliberal de Noboa en las calles y luego en las urnas”, señaló.López indicó que, aunque la protesta se mantiene pacífica, si no hay atención a la plataforma de lucha planteada por los actores sociales, las movilizaciones continuarán.“Nuestra presencia como Unidad Popular ha sido desde el inicio con la presentación de demandas frente a las leyes impulsadas por Noboa y al rechazo a las medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI), como el alza de combustibles, los despidos masivos y la falta de medicinas en los hospitales. El liderazgo es colectivo, lo que ha permitido que decenas de organizaciones se vayan sumando: jóvenes, jubilados, maestros, trabajadores”, agregó.Según dijo, en los próximos días se concretará la unidad de todos los sectores para conformar una coordinación por el no Noboa , tanto en las calles como en las urnas, eje que llevará adelante la campaña por el rechazo a las cuatro preguntas del referéndum del próximo 16 de noviembre y para el que fueron calificados. La diversidad de colectivos que participan en Guayaquil refleja la multiculturalidad e interculturalidad de la ciudad . En cuanto al despliegue de la Policía Nacional en los alrededores de los puntos de concentración, se conoce que ha sido limitado y que se ha orientado principalmente a garantizar la seguridad de los participantes y transeúntes. Hasta ahora, las manifestaciones en Guayaquil no han superado en asistencia de entre 100 y 200 personas por jornada y han transcurrido sin incidentes de violencia, lo que resalta la diferencia en la naturaleza de la protesta frente a otras ciudades donde se han registrado enfrentamientos y daños a la infraestructura pública y hasta un fallecido como ocurrió en Cotacachi con Efraín Fuerez el pasado 28 de septiembre. (I)

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