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Roberto Gilbert asumirá la fiscalización de la salud pública a fin de mejorarla

Papeleta Hombres - Casillero # 20. Desde el quinto poder, el cirujano quiere auditar también a la seguridad social para lograr su eficiencia.

El cirujano y exconcejal Roberto Gilbert es candidato al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social 2023. Cortesía. Foto: El Universo

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Guayaquileño de cepa, el cirujano cardiovascular Roberto Gilbert Febres-Cordero se ha puesto como meta llegar al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) para fiscalizar los servicios de salud y mejorarlos. Dijo que recorrerá “todos los hospitales del país, especialmente donde ‘queman las papas’, las salas de Emergencia”.

De 71 años, Gilbert maneja la Clínica Guayaquil, la más antigua de la ciudad, y viene de una familia de médicos y políticos. Desde el bisabuelo Guillermo Gilbert Estrada, su abuelo y su padre fueron médicos, y la tradición sigue con una de sus hijas. Lo político le llega por ambas ramas, su abuelo Abel Gilbert Pontón fue vicepresidente de la República y su tío León Febres-Cordero, presidente. “Por algún lado tengo un glóbulo rojo de la política”, señaló.

Sin embargo, él nunca se ha afiliado al Partido Social Cristiano (PSC), pero ha sido concejal durante muchos años junto al entonces alcalde Jaime Nebot. Recordó que en su primera participación, en el año 2000, le pidió a Nebot correr para concejal porque quería trabajar por la ciudad, pero el único puesto libre era el último de la lista. De todos modos llegó por su buena votación.

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Su principal proyecto fue la creación de los hospitales del día para hacer cirugías pequeñas y dar atención gratuita. Guayaquil cuenta ahora con ocho casas de salud de este tipo. El último fue con la alcaldesa Cynthia Viteri, el Hospital Bicentenario, donde una vez a la semana Gilbert opera gratuitamente.

En 2007 creó Fuerza Guayas con la intención de llegar a la Constituyente, pero no lo logró. Regresó a la clínica y a las operaciones. Nuevamente corrió para concejal por el PSC en 2009 y su último período terminó en 2019.

Estudió en el colegio San José La Salle y vivió durante muchos años en el centro de Guayaquil, donde está la clínica. La vida de barrio le enseñó a ser solidario.

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Esa solidaridad y calidez es recordada por muchos de sus pacientes. Quizás por eso también conoce a mucha gente y puede hablar con Nebot y con el presidente Guillermo Lasso. “Yo sí me llevo bien con todo el mundo, tengo un arte de dialogar y no pelearme, pero cuando me sale el Febres-Cordero me sale el Febres-Cordero”, reconoció el médico, de hablar rápido y directo, que ha realizado especializaciones en Suiza y Estados Unidos.

Su actividad deportiva, las carreras de botes fuera de borda y el Club de Tiro, lo llevaron a presidir la Federación Deportiva de Guayas durante catorce años. Luego asumió Pierina Correa y tuvo que defenderse de algunas críticas. Pero afirmó que es amigo de la familia Correa Delgado “por razones médicas y de vecindario”.

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Posee varias compañías relacionadas con los servicios de la Clínica Guayaquil: importar insumos, dar atenciones específicas, el centro médico. Sus pagos de impuesto a la renta superan las decenas de miles de dólares.

“La mejor empresa que tengo son mis manos y mis dos hijas”, dijo este padre orgulloso porque su hija Mónica tiene a su haber doce trasplantes de corazón y porque Melissa es administradora empresarial graduada en España. (I)

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