El no se impuso en la propuesta para convocar a una asamblea constituyente que redacte una nueva carta magna, con un 61,58 %, frente al , que recibió un 38,42 %. Hasta las 21:30 de este domingo, 16 de noviembre del 2025, se había escrutado el 78,36 % de las actas.

Con este resultado preliminar en la pregunta D del referéndum y la consulta popular, la Constitución —aprobada en 2008— continuará vigente, aunque permanece abierta la posibilidad de nuevas modificaciones.

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El resultado, según analistas y un legislador oficialista, revela un mensaje directo del electorado, pero con interpretaciones distintas sobre su alcance.

Para Andrés Guschmer, asambleísta de ADN, el resultado no representa un revés para el Ejecutivo, sino la expresión democrática del electorado.

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“Muchos políticos querrán adueñarse del resultado, pero fue el pueblo el que habló. Y este Gobierno se caracteriza por hablar directamente con la gente, sin intermediarios”, afirma.

A su criterio, un triunfo del no no reduce el margen de acción del Gobierno, porque —dice— la administración seguirá enfocada en seguridad, empleo y estabilidad.

“Nosotros seguiremos buscando las vías legales para dar paz, seguridad y prosperidad a todos los ecuatorianos”, añade.

El editorialista de EL UNIVERSO, Simón Pachano, matiza esa lectura y considera que el resultado sí tiene un impacto político. Para él, el rechazo a la constituyente expresa una combinación de dudas, temores e incertidumbres sobre un proceso tan amplio.

“Fue una consulta poco clara, marcada por incertidumbre y temor de lo que podría suceder con una asamblea constituyente”, explica. A su criterio, la propuesta enfrentó resistencia por venir “en tiempos muy convulsos” y porque la ciudadanía no tenía claridad suficiente sobre el alcance real de reescribir la Constitución.

Guschmer, sin embargo, insiste en que el mensaje de las urnas no afecta la gobernabilidad. “El presidente fue claro al proponer que se consulte al pueblo, eso hacen los demócratas”, sostiene. Agrega que, tras el rechazo, el Gobierno mantendrá su hoja de ruta. “Le reitero, habló la gente, no los políticos”, manifiesta.

Para Pachano, el Gobierno deberá reacomodar sus estrategias después de este revés. No considera que el no cierre completamente la agenda política del Ejecutivo, pero sí que reduce su capacidad para impulsar reformas profundas a corto plazo.

Aun así, Pachano apunta que el voto negativo no puede interpretarse como una derrota total del Gobierno, sino como una señal de prudencia del electorado.

“La ciudadanía está enfocada en seguridad, costos de vida, empleo. Una constituyente no aparecía como una solución directa a esos problemas. Ese desfase explica parte del rechazo”, sostiene.

Pachano también advierte que el proceso estuvo marcado por una campaña insuficiente en términos de explicación. “Hubo poca claridad desde el inicio. No se comunicó bien por qué una nueva constitución resolvería las urgencias actuales. Cuando la gente no entiende, suele optar por lo más seguro: mantener lo que existe”, puntualiza.

Finalmente, Pachano proyecta que el resultado obligará al Gobierno y a la clase política a retomar los mecanismos ordinarios de reforma.

“La Constitución prevé vías como la enmienda y la reforma parcial. No se cerró la puerta al cambio, pero sí al cambio total. Ahora el Ejecutivo tendrá que trabajar con las reglas vigentes y con los actores existentes”, concluye.

El jurista Carlos De Tomaso señala que mantener la Carta Magna actual implica seguir con los problemas que tiene el país: el sistema de elección de autoridades que ha fracasado, las trabas en el desarrollo económico e inversión, y la falta de herramientas para combatir la criminalidad.

“Yo espero que el presidente insista en hacer los cambios constitucionales que son necesarios a través de la vía de la reforma parcial que se tramita primero en la Asamblea Nacional en dos debates y luego pasan a referéndum”, dice.

Sin embargo, opina que este resultado puede agudizar la pugna del gobierno con la Corte Constitucional y con los órganos de justicia. “Hemos perdido una muy valiosa oportunidad para hacer los cambios que el país requería”, lamenta el analista.

En un mensaje de sus redes sociales, Noboa aceptó los resultados. “Nuestro compromiso no cambia; se fortalece. Seguiremos luchando sin descanso por el país que ustedes merecen, con las herramientas que tenemos”, posteó.

En una entrevista televisiva realizada hace varios días se le consultó al mandatario cuál sería el plan B si ganara el no en la pregunta de la constituyente.

Dijo que siempre está abierto al diálogo con todos los sectores políticos. “El diálogo siempre existe, se habla con todos. Lo que no se dialoga es con condiciones, pero hablar, hablar, con todas las fuerzas políticas, sí”, señaló, enfatizando que su prioridad es mantener canales abiertos sin comprometer la gestión del Ejecutivo.

Noboa aseguró que busca mantener un acercamiento político amplio con todas las posturas, pero sin ceder a presiones ni negociaciones que impliquen repartos de poder. (I)