El subsecretario de Gobernabilidad del Ministerio de Gobierno y exdiputado de la Democracia Cristiana, Juan Manuel Fuertes, responde a Miguel Santi, coordinador nacional de Pachakutik, sobre la supuesta oferta de cargos públicos a cambio de votos en la Asamblea.
En entrevista con Diario El Universo, Fuertes también se refiere a la relación que tienen con los diferentes bloques de la Asamblea Nacional y especifica que la condición para realizar una consulta popular es que se agote la vía del “diálogo democrático”.
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Para el funcionario, en el interior de las organizaciones sociales y políticas no existe homogeneidad, y el Gobierno, dentro de esa heterogeneidad, tiene el derecho a hablar con las diferentes instancias; aunque aclara que la intención no es fragmentar a ninguna de estas.
El coordinador nacional de Pachakutik ha señalado que el Gobierno está ofertando puestos a cambio de votos, ¿qué tiene que decir el Gobierno al respecto?
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Nos han llamado la atención las declaraciones que se han formulado desde diversos sectores, particularmente del coordinador de Pachakutik, el señor Marlon Santi, acusando de que existiría, desde el Gobierno, un propósito de conseguir adhesiones en el Parlamento a cambio de espacios en el sector público (...). Si es que el señor Santi tiene información específica con alguna situación vinculada con lo que acusa o denuncia, lo adecuado es que nos haga saber, porque, al menos, en nuestro conocimiento, no consta que haya acontecido algo de eso, particularmente, en la gestión de la ministra Alexandra Vela, ni de lejos ha existido esa intención, ni mucho menos se ha materializado.
Si es que no es este el mecanismo que se está usando, ¿cuáles son los mecanismos del Gobierno para llegar a los diferentes bloques en la Asamblea?, ya que no existe una mayoría y se necesitan votos para aprobar la normativa del Ejecutivo...
A través de lo que democráticamente corresponde en el ámbito de la transparencia y la racionalidad, es decir, dialogando (...) sobre las propuestas de la Ley de Educación Superior (así) como de este presupuesto prorrogado, se han mantenido reuniones con bloques legislativos, en la búsqueda de informar, escuchar comentarios, cuestionamientos, aclarar, de ser el caso, incorporar si es que la situación amerita, los puntos de vista que se exponen allí, y esa va a continuar siendo la mecánica bajo la cual se maneje la relación Ejecutivo-Legislativo, reconociendo que eso tiene limitaciones, no se puede perder de vista que ser conflictivo es como una suerte de deporte nacional (...), pero hay que persistir en la búsqueda de ese diálogo democrático.
Diálogo democrático...
Sí, no tenemos otro mecanismo que la democracia franquee, se agotan allí, no hay otros instrumentos que no sean los diálogos con los cuales se puede intentar llegar a acuerdos, porque quedó claro anteriormente que recurrir a otro tipo de alternativas, como las que señala el señor Santi, no está dentro de la agenda de la ministra Vela.
El Gobierno se acerca al cuarto mes de gestión y aún no tiene ni la mitad de la mayoría para aprobar ni si quiera leyes, peor para aprobar cambios en la Constitución. ¿Cómo están manejando eso?
Además de lo que históricamente ha acontecido en términos de conflictividad y dificultad de articular mayorías en la Asamblea, tiene que sumarse el resultado de lo que constituyó una estrategia preconcebida por el correísmo a través del fomento al aparecimiento de organizaciones políticas para participar electoralmente, de tal modo que hoy lo que tenemos es una fragmentación mucho más profunda, ese es el escenario real al que se ve abocado este Gobierno (...). También hay que admitir la limitación y frente al eventual escenario de que (...) no exista la posibilidad de contar con una mayoría que apruebe esas iniciativas, el presidente y la ministra de Gobierno han sido enfáticos en que siempre cabe la posibilidad de (...) la convocatoria al pueblo para que se pronuncie en alguna de las modalidades de democracia directa.
Se hablaba del desgaste que puede existir en la imagen o confianza del Gobierno en los próximos meses. ¿Cómo se están midiendo los tiempos políticos?
Dentro de la prudencia y responsabilidad que el país demanda, no se trata de, atropelladamente, convocar a consultas populares, pero tampoco de, imprudentemente, dejar que el tiempo pase, reconociendo que los escenarios políticos son variables. Eso está siendo materia de un análisis porque, como está anunciado, el Gobierno va a presentar iniciativas legislativas, va a continuar intentando que, desde la reflexión, desde la conversación democrática, se pueda llegar a acuerdos, y si es que en ese escenario no es factible encontrar la aprobación de las iniciativas, se tendrá, subsidiariamente, la previsión de recurrir a un canal de consulta directa a la población. Tiene que cumplirse como condición inevitable que no exista ese acuerdo con la Asamblea.
¿Con qué bloques ha sido más difícil el diálogo y por qué?
No se escatima ni se discrimina absolutamente a nadie, pero hay posiciones que van desde lo ideológico hasta lo estrictamente político que dificultan en mayor o menor medida llegar a esas coincidencias; digo en lo ideológico porque hay posiciones radicales que discrepan absolutamente y, desde lo estrictamente político, porque hay cálculos, de carácter incluso electoral, que generan un distanciamiento con el Gobierno porque asumen que, desde ahí, es factible ganarse simpatías populares.
¿De qué bloques estamos hablando?
Es fácil. A partir de las declaraciones que están formulando, (determinar) qué sectores se están ubicando en posiciones muy radicales, los pronunciamientos que se han hecho desde algunos actores protagónicos, de PK particularmente, demuestran que ahí hay ideologismos que van eventualmente a bloquear esa posibilidad de acuerdos. Sin embargo, no hay que descartar que, además de estas posiciones ultristas de algunos personajes, al interior de las bancadas puedan existir también posiciones diferentes, no todo necesariamente es homogéneo en ninguna organización.
Ahí entraría UNES, el PSC...
Desde luego, el diálogo, cuando es democrático, no tiene por qué excluir absolutamente a nadie, independientemente de la respuesta que eso amerite.
¿Cuál es la percepción que tienen respecto a esas dos organizaciones?
Que es obligación del Gobierno dialogar e intentar llegar a coincidencias con todos los sectores, incluidos el PSC y el correísmo.
¿Y con la ID?
Hemos visto, al menos en lo que tiene que ver en declaraciones públicas, una posición mucho más equilibrada.
¿Cuándo vuelven a invitar a la Conaie?
La estructura social del país es muy compleja, no hay uniformidad al interior de las organizaciones de la sociedad ecuatoriana, y desde esa heterogeneidad hay que comprender y operar la responsabilidad que tiene el Gobierno nacional frente a cualquier posibilidad de diálogo o conversación. Hay posiciones tomadas con un radicalismo absoluto por parte de algunos actores, como el señor (Leonidas) Iza, al punto que, lo dice ya sin ningún ambage, no buscan el diálogo, sino que no suba el precio de los combustibles. No queda sino reconocer desde qué organizaciones o sectores existe una voluntad auténtica de intentar, desde la conversación democrática, llegar a algunos acuerdos y, en cambio, verificar la posibilidad de encontrarnos con otros sectores de la sociedad. El movimiento indígena no lo constituye únicamente el señor Iza, y la principal obligación del Gobierno no es atender los requerimientos del señor Iza, sino satisfacer las necesidades de las comunidades.
Marlon Santi: El Gobierno está ofertando puestos políticos por votos (en la Asamblea Nacional)
La Conaie es la más grande de todas las organizaciones indígenas...
Sin duda, es una organización respetable, pero no es la única, y tampoco la Conaie es una homogeneidad absoluta, la diversidad también se manifiesta en este tipo de organizaciones.
¿Con los sindicatos de trabajadores?
Con las organizaciones sindicales, lamentablemente, el país ha constatado que allí no ha habido una evolución en el pensamiento y la propuesta.
¿La Conaie, como las organizaciones políticas en la Asamblea, se podría fraccionar?
Existe esa heterogeneidad, es real, el interés del Gobierno no es fracturar a ninguna organización, no consideramos que democráticamente sea lo adecuado, es un desgaste innecesario, pero eso no implica que no se tenga la posibilidad, el derecho y la obligación de dialogar con los diversos estamentos de las organizaciones. (I)