El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, ha prometido respetar la decisión que el pueblo colombiano tome en las urnas y trabajar con el presidente que elijan. La relación entre ambos países se considera que está consolidada desde hace años en lo comercial y la política exterior, pero el resultado electoral del vecino país será clave para sacar adelante temas de la agenda conjunta.

Este domingo, más de 39 millones de colombianos elegirán entre seis candidatos, todos hombres, a su nuevo presidente. Los más opcionados para una segunda vuelta son el senador de izquierda Gustavo Petro, que lidera las encuestas con un 41 %, y el derechista Federico Gutiérrez, con cerca del 27 % de la intención de voto. Detrás se ubican el independiente Rodolfo Hernández y el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, de centro izquierda.

De ganar Petro en una segunda vuelta, el 19 de junio, sería la primera vez que la izquierda conquiste el poder en un país históricamente gobernado por élites conservadoras y liberales.

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El analista internacional Michel Leví, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales de la Universidad Andina Simón Bolívar, comenta que la política exterior de Ecuador con Colombia es una de las pocas que se ha mantenido como una política de Estado muy institucionalizada a lo largo de los años, por lo que considera que esto no cambiaría en el caso de que la izquierda gobierne al vecino país.

Colombia es un vecino estratégico y siempre lo será. La relación siempre ha sido de que los problemas de Colombia se quedan en Colombia y que Ecuador tenga una dinámica propia, es decir, no vincularse”, subraya.

Leví destaca que el actual Gobierno del presidente Lasso ha sido “mucho más amigable” con el Gobierno del presidente Iván Duque y que ha mostrado estar mucho más alineado.

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El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y el presidente Iván Duque, de Colombia, durante el X Gabinete Binacional. Foto: Archivo. Foto: Cortesía

Refiere que en el caso de ser electo un Gobierno de derecha, como el de Gutiérrez, se podrá tener una relación de mayor afinidad; pero que si gana uno de izquierda tampoco será mala, y será similar a la relación actual con Perú y el Gobierno de Pedro Castillo.

Esteban Santos, catedrático de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de las Américas (UDLA), coincide en que la relación está consolidada y que diplomáticamente podría manejarse igual que con Perú, en caso de que triunfe la izquierda.

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Pero explica que se deberá poner antención a temas de agenda puntuales que comparten los países, como el anhelado ingreso de Ecuador a la Alianza del Pacífico, que requiere el voto de todos sus integrantes para concretarse.

“Habrá que ver qué pensaría un eventual Gobierno de Petro, que ha sido muy crítico con los organismos internacionales; esto cambiaría la dinámica y la política de cooperación directa y este compadrazgo que se ha sentido casi entre Duque y Lasso”, expresa.

Colombia es el mayor socio comercial de Ecuador dentro del bloque de la Alianza del Pacífico y de la Comunidad Andina. Hacia este país se destina el 54 % de las exportaciones no petroleras. Es el cuarto destino de estas exportaciones de forma general, que en 2021 dejaron ingresos de $ 836 millones. El banano, el camarón y las flores son los principales productos que se envían al vecino país, según datos del Banco Central.

Por su parte, el analista colombiano Ramiro Bejarano coincide en que, si gana Gutiérrez, la relación entre ambos países continuará siendo similar a la actual; y lo mismo ocurriría en el caso de que el elegido sea Fajardo. Al igual que Santos, reconoce que, en el caso de ser Petro, sí podrían presentarse ciertas dificultades.

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“Si gana Petro, habrá menos empatía, menos cercanía. Lasso es un hombre de derecha, de la élite ecuatoriana. Y Petro es un exguerrillero, hombre de militancia izquierdista”, menciona.

La inseguridad y el recrudecimiento de la violencia son temas que, al igual que a Ecuador, complican a Colombia. La política que el nuevo mandatario tome para estos problemas podría tener alguna incidencia en la zona fronteriza.

El nuevo Gobierno tendrá la disyuntiva de decidir entre sentarse a negociar con los grupos armados y la guerrilla o seguir con una aproximación de “paz con legalidad”, que es la que ha abanderado el actual Gobierno.

Los grupos armados han extendido su poder tras el vacío que dejó la desmovilización de las FARC luego del acuerdo de paz de 2016, que dio paso a una reconfiguración de control territorial de los grupos que quedaban: la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los paramilitares del Clan del Golfo, a los que se sumaron múltiples disidencias de las FARC, que operan ya en 138 municipios del país, según un informe de la fundación Paz & Reconciliación (Pares).

Bejarano destaca que, en el caso de Petro, se ha manifestado un interés en adelantar conversaciones con el ELN, algo en lo que Gutiérrez no está empeñado y para lo que ha condicionado un cese al fuego.

El candidato presidencial por la coalición Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez (d), y el candidato por el Pacto Histórico, Gustavo Petro, participan en uno los debates presidenciales. Foto: Mauricio Dueñas Castañeda

En este tema no veo interviniendo al Gobierno de Ecuador con Lasso”, apunta Bejarano, y dice que, en caso de que el nuevo Gobierno de Colombia sea de derecha, no ve “posibilidad alguna de adelantar una política conjunta para combatir los problemas de seguridad y violencia”, y que lo que podría darse es “una política de guerra”.

El analista afirma también que cualquier tipo de acercamiento o intento de negociación con el ELN o las disiencias es complejo, a diferencia de lo que ocurrió con las FARC, en que sí existía una sola cabeza visible.

Sobre el aumento de las disidencias en Colombia, el narcotráfico, la violencia y las consecuencias que pueden tener en Ecuador, Leví dice que controlar eso no está ligado a quién resulte electo, y que es “el Gobierno ecuatoriano el que debe fortalecer los controles fronterizos”.

El candidato a la Presidencia de Colombia Federico "Fico" Gutiérrez, de la coalición de Equipo por Colombia. Foto: Luis Eduardo Noriega A.

En el vecino país, quien resulte electo tendrá otros retos, como las reformas para continuar con el crecimiento económico y avanzar en derechos, una polarización sin precedentes en el país y un descontento por las demandas sociales insatisfechas.

En el ámbito internacional, Venezuela será una de las piezas clave: restablecer relaciones completamente u optar por un proceso más gradual. No obstante, expertos coinciden en que ya existe una voluntad de reanudar las relaciones al nivel de gestión de asuntos corrientes, recoge EFE.

Santos lamenta que este cambio de discurso con Venezuela, que se originó en EE. UU., se presente sin haber ocurrido algún cambio en ese país. Refiere que, en caso de que Petro resulte electo, se convertirá en “un aliado y oxígeno importantísimo para el régimen del líder chavista Nicolás Maduro”

“En ese caso, Ecuador se quedaría como un Estado casi que paria dentro de un mar de países sudamericanos que dieron un giro a la izquierda o extrema izquierda”, dice.

No obstante, menciona que esto puede tener algo positivo en el ámbito geopolítico.

“Esto se lo puede vender como un tema estrátegico en aras de que Ecuador se vuelva un socio mucho más cercano a países como EE. UU., Canadá, y con una política que podamos presentarla como seria, respetuosa del derecho internacional y de los compromisos adquiridos en esa materia”, apunta.

Gustavo Petro, candidato de izquierda a la Presidencia de Colombia. Foto: Carlos Ortega

En tanto, Petro, exguerrillero del M-19 y exalcalde de Bogotá de 62 años, ha mantenido un discurso en el que promete que habra un “cambio” sin revanchas. Entre sus promesas de campaña está ejecutar reformas profundas en áreas tan diversas como el modelo económico y el funcionamiento de las Fuerzas Armadas.

Entre sus propuestas clave está el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que sigue bajo la mira por sus presuntas actuaciones violentas y abusivas en las protestas de 2021, y el prohibir que alguien que reciba recursos del Estado tenga cuentas en paraísos fiscales.

En cambio, Fito, exalcalde de Medellín de 47 años, popone un plan de gobierno con el lema “Orden y oportunidades”, que habla de seguridad, lucha contra la corrupción y reducción de la pobreza y la desigualdad. (I)