Con el censo de población que realizará el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) en noviembre próximo habrá un ajuste en el número de asambleístas que se elegirán en los comicios generales del 2025. La fecha parece lejana, pero en algunos sectores políticos ya se debate la necesidad de reformar el sistema legislativo o al menos la forma de calcular a sus integrantes.

Los artículos 118 de la Constitución y 150 del Código de la Democracia señalan que la Asamblea Nacional se integrará con legisladores elegidos de la siguiente manera:

1. Quince elegidos en circunscripción nacional;

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2. Dos por cada provincia o distrito metropolitano, y uno más por cada 200.000 habitantes o fracción que supere los 150.000, de acuerdo con el último censo nacional de población.

3. Las circunscripciones especiales del exterior elegirán un total de seis asambleístas distribuidos así: dos por Europa, Oceanía y Asia, dos por Canadá y Estados Unidos y dos por Latinoamérica, el Caribe y África; y,

4. Cada una de las regiones elegirá dos representantes a la Asamblea. Esto todavía no se aplica porque no se han creado tales regiones.

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Actualmente hay 137 asambleístas, cifra que se calculó con base en el censo de población del 2010, según el cual éramos 14′483.499 ecuatorianos. Son 15 nacionales, 115 provinciales, 6 del exterior y 1 adicional por el Distrito Metropolitano de Quito.

Pero no hace falta esperar las cifras del censo de este año, que se conocerán el siguiente, para determinar cómo ha crecido la población y en cuánto se incrementará el número de legisladores.

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El INEC realiza proyecciones aplicando una metodología sustentada en componentes demográficos (fecundidad, mortalidad y migración), la cual utiliza diferentes fuentes de información, como censos, encuestas especializadas y registros vitales. “El método consiste en reconstruir el pasado de cada componente, para a partir de esa información proponer hipótesis de comportamiento futuro y estimar montos de población”, explicó la institución a este Diario por escrito.

Actualmente, según esos cálculos, somos 18′006.802 ciudadanos, es decir, casi tres millones y medio más que en el 2010.

La entidad también ha efectuado la proyección de incrementos por provincias, que es la cifra que sirve para calcular el total de legisladores, como refieren las normas citadas.

La propia Asamblea Nacional abona a su desprestigio y pierde credibilidad

Según estos parámetros, para el 2025 se escogerían 17 legisladores más. O sea que se llegaría por lo menos a 154: 15 nacionales, 132 provinciales, 6 del exterior y 1 por el Distrito Metropolitano de Quito.

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Una cifra que para la expresidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Nubia Villacís, es “exagerada” y que multiplicará las voces de descontento de la ciudadanía que tiene en baja estima al Legislativo.

Hace unas semanas, ella compareció en la Comisión de Justicia, que por estos días elabora un proyecto de reformas al Código de la Democracia. En su exposición, la exfuncionaria alertó a los legisladores sobre este tema. “Es improrrogable que este año y el siguiente el Legislativo discuta la estructura de la Asamblea porque el número de los legisladores se incrementará por la fórmula que consta en la Constitución”, dijo.

La exfuncionaria señaló que hay varias propuestas en ese sentido. Por ejemplo, que se divida al Legislativo en dos cámaras, la alta y la baja, senadores y congresistas, que se elijan con una fórmula con la que haya no más de 60 o 70 legisladores entre todos.

Aquello, agregó, podría considerarse como una modificación importante a una de las funciones del Estado lo que alteraría su estructura, por lo que se necesitaría una Asamblea Constituyente para hacerlo. Pero también podría tomarse como un cambio en el interior de dicha función con lo cual podría ser tratado como una reforma en la misma Asamblea Nacional.

Otra opción podría ser enmendar la Constitución para cambiar la fórmula con la que se elige a los legisladores, también por la vía de la Asamblea Nacional. “Que ya no sean dos por cada provincia, sino uno, o que ya no sea uno por cada 200.000 habitantes sino cada 300.000, o bajar la fracción… Todo esto les corresponde analizar cuanto antes a los legisladores y a la Corte Constitucional”, indicó Villacís.

Similares caminos señaló Simón Jaramillo, subdirector de Corporación Participación Ciudadana, oenegé que hace veeduría de los procesos electorales: o se cambia la fórmula para calcular el total de asambleístas, o se implementa el sistema bicameral.

Pero opinó que más allá del número de legisladores, lo ideal sería mejorar la calidad de la Asamblea. Por ejemplo, suprimiendo la votación por distritos, que no cambia el número en total, pero garantiza una mayor representación de las minorías. “Ya no serían 4 mini-Pichinchas de 3, donde unos pocos partidos meten legisladores, sino 16 legisladores provinciales en total que pertenezcan a varios partidos políticos”, explicó.

Recordó que aquellos que llegan al poder son los candidatos que escogen las organizaciones y por los cuales la ciudadanía vota. Y en ese sentido, tendría que fortalecerse el sistema de partidos políticos y capacitar a la ciudadanía para que vote con responsabilidad y a conciencia.

En tanto, el legislador Fernando Villavicencio (Concertación-Socialista) ha pedido al presidente Guillermo Lasso que convoque a una consulta popular en la que se planteen tanto la reducción del número de legisladores como la bicameralidad.

‘Camisetazos’ y legisladores ‘comodines y nómadas’ prevalecieron durante el primer año de gestión de la Asamblea Nacional

“Mi propuesta es reducir el número de legisladores, no más de 85, mejorar su calidad impidiendo, por ejemplo, que aquellos que tienen glosas, informes con responsabilidad penal (de la Contraloría), que tienen deudas por pensiones alimenticias, sean candidatos a la Asamblea Nacional, y apuntar a un parlamento bicameral con un senado de altísimo nivel y con una cámara baja. Primero, para ser senador, mínimo 35 años de edad, título de tercer nivel, haber servido al país y no tener estas marcas de corrupción… Estas restricciones se aplicarían para los senadores, para la cámara baja no, que sería como es ahora. Y tiene sentido que sea así para el senado, que es un órgano altamente calificado, porque es el que va a calificar y aprobar las leyes, que son construidas en la cámara baja. El senado es el que va a elegir a las autoridades de control, el que va a fiscalizar. Para ser parte de la cámara baja son los mismos requisitos que son ahora, obviamente tampoco tener glosas…”, explicó Villavicencio en una rueda de prensa reciente.

El también exconsejero electoral Fausto Camacho no consideró que este aumento de legisladores sea necesariamente “malo”. “Comparemos con la población de otros países y otras democracias. Hemos satanizado la política y también la política ha hecho mérito para ello, pero la calentura no está en las sábanas, no está en el número de asambleístas, sino en la calidad de los partidos. Si la sociedad, los partidos, las autoridades no quieren un cambio en la normativa, y una exigencia del cumplimiento de esta, vamos a tener eternamente esta calidad de representantes”, dijo.

A su criterio, la propuesta de bajar el número de legisladores es “populismo puro” porque no va a resolver los problemas de fondo que tiene la democracia ecuatoriana. “Digamos que hoy tuviésemos un poder legislativo bicameral, ¿quiénes serían los candidatos? Los mismos de ahora. Entonces todo pasa por mejorar la calidad de los partidos y, con consecuencia, de los candidatos”. (I)