Kim Jong-un emprendió este lunes, 1 de septiembre, desde Pyongyang un viaje con destino a China en un tren blindado para asistir al desfile militar convocado por Xi Jinping.
El trayecto hasta Pekín dura cerca de 20 horas y se realiza a bordo de un convoy que avanza lentamente, a unos 60 kilómetros por hora. Expertos lo describen como una “fortaleza rodante”, equipada para garantizar la seguridad del mandatario y de su comitiva.
Vagones con oficinas, restaurante y autos de lujo
Kim también viajó en tren en su última visita a China en 2019. El dirigente norcoreano ha optado por trenes blindados en casi todas sus salidas internacionales, en lugar de aviones, debido a supuestas preocupaciones de seguridad. Así viajó en el pasado a Rusia, Vietnam y China.
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El convoy no solo prioriza la protección, también ofrece lujos poco comunes. Testimonios e imágenes revelan que dispone de vagones con oficinas, sofás tapizados en tonos llamativos y un restaurante que sirve vinos franceses de primera línea y platos de mariscos como langosta fresca.
El tren puede contar con hasta 15 vagones, incluidos espacios para su séquito, personal médico y hasta dos Mercedes blindados. El diseño permite al líder mantener reuniones privadas y preparar agendas mientras se desplaza hacia el extranjero.
Aunque en Corea del Norte la infraestructura ferroviaria limita la velocidad, en territorio chino el convoy avanza más rápido gracias a locomotoras locales asignadas exclusivamente a dignatarios.
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La elección de este medio de transporte recuerda también a su padre, Kim Jong-il, quien protagonizó travesías similares. Crónicas de la época señalan que aquellos recorridos estaban marcados por cenas extravagantes y un despliegue de excentricidades que hoy su hijo parece mantener. (I)