La invasión rusa a Ucrania ha desencadenado críticas internacionales que luego se convirtieron en “castigos” que van a afectar su economía duramente, aunque el régimen del presidente Vladimir Putin ha señalado que los van a resistir y que serán una oportunidad para ellos.

Desde desactivar algunos bancos del sistema Swift (sistema que respalda las transacciones de pago globales) hasta la prohibición de importación de su petróleo por parte de Estados Unidos están entre las sanciones más fuertes, las cuales han hecho que la bolsa de Moscú permanezca cerrada por dos semanas ante el temor de un desplome sin precedentes. Los sectores primarios, extractivos, son los que dan soporte a la economía rusa.

Para Francisco Cortés, doctor en Economía y profesor de la Universidad Internacional de la Rioja (España), en este conflicto hay que separar las sanciones estrictamente económicas, que pueden afectar las importaciones, como el gas o el petróleo que pone Estados Unidos, pero que para Europa son inviables en este momento por su dependencia.

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El 60 % de sus exportaciones son gas y petróleo, y estos también representan un tercio de sus industrias. Por ello, está muy ligado a los movimientos de los precios del mercado internacional.

“Con respecto a las sanciones financieras, el punto más delicado es aislar a Rusia del sistema Swift, que sería aislarla bancariamente del resto del mundo (...). [Actualmente solo] se ha hecho para algunos bancos, pero no para todo el sistema. Eso ya se hizo en su momento para Irán y supuso para ese país una caída de las exportaciones de casi 30 %. Eso sería una medida muy dura para Rusia, pero es muy difícil tomarla, porque hay una dependencia muy grande por el gas”, apunta Cortés, quien explica también que la economía ucraniana —también afectada— tiene un peso en materia agrícola, sobre todo en el tema de cereales.

Él recuerda que en 2014 Putin puso en marcha una alternativa parecida a Swift y China lo apoyó, pero no son muchos los bancos que la integran.

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“Lo más probable es que se genere un corralito, y efectivamente ya han empezado con las restricciones para la retirada de efectivo, todavía no a cantidades grandes y más en divisas extranjeras, pero probablemente se ajuste mucho más, porque evidentemente ha habido un ataque contra el rublo, que se ha depreciado casi un 50 % de su valor, y eso encarece las exportaciones. Eso quiere decir que los rusos van a ver cómo la inflación les va a afectar muchísimo, sobre todo en la retirada de depósitos del sistema bancario”, apunta Cortés.

En las últimas décadas se abrió y en teoría existe libertad de mercado, pero con una estructura dual, porque no es democracia liberal. Con una distribución de la riqueza muy desigual, el poder económico está en manos de una oligarquía muy definida y que gira alrededor de Putin, del poder. Algo similar a lo que pasa en China, un país que podría ser un salvavidas financiero, aunque el aumento del precio del petróleo está compensando las pérdidas para Rusia, que es uno de los principales productores a nivel mundial.

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Además, en China Rusia guarda un buen porcentaje de sus divisas, lo que, junto con sus propias reservas de oro y una baja deuda pública, le pueden dar un respiro por un tiempo.

De acuerdo con el embajador de la Federación de Rusia en Ecuador, Vladimir Sprinchan, hay una guerra económica que no solo afecta a su país, sino a todo el mundo, y el mayor ejemplo es la subida de los combustibles hasta en Estados Unidos.

“Rusia tiene el territorio más grande del mundo y no solo tiene fronteras con Europa, también con Asia, y muchos de sus socios asiáticos se mantienen como consumidores de nuestros hidrocarburos. Tenemos, así como el Nord Stream a Europa, gasoductos con China, que puede consumir todo el gas que vende Rusia. Otros países de la región, como India, se mantienen como socios comerciales de mi país”, apunta Sprinchan, quien admite que igual con las sanciones pierden mucho y sufre la gente, porque los precios suben, pero que su economía tiene varias posibilidades para redireccionar sus operaciones económicas.

Sobre la salida o cierres (total o temporal) que empresas internacionales han aplicado en su país, ocasionando disminución de empleo, Sprinchan manifiesta que otras empresas, sobre todo asiáticas, pueden llegar a remplazarlas.

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Además que están analizando los mecanismos para cumplir con los pagos y el comercio a otros países, como Ecuador, que se han visto afectados por las sanciones financieras.

“Mi Gobierno se ha preparado, porque las sanciones de Estados Unidos y Europa empezaron desde la situación de Crimea. Esas medidas acomodaron la economía rusa a la situación de productos importados de esos países que nos sancionan (...): creció la producción nacional en agricultura y otras esferas de producción. Ahora con [las nuevas] sanciones también se prepara (...) un programa para resistir y adaptarse. Claro que es imposible nivelar todas las sanciones, pero con el tiempo Rusia se va a establecer. Además, estoy seguro de que con el tiempo [también] se van a restablecer lazos económicos, porque la afectación no es solo para Rusia, sino al mercado mundial de hidrocarburos, de petróleo, de gas, por el gran incremento [de precio]”, indica Sprinchan.

Santiago Pérez, analista de temas internacionales de la Universidad Técnica Particular de Loja, vivió varios años en Moscú, y en las conversaciones que ha tenido con contactos de allá le mencionaron su preocupación por la situación de los pagos, ya que el problema de los bancos es grave, aunque el principal, Sberbank, y Gazprombank, el tercero, no entraron en las sanciones; pero para el ciudadano común lo de Visa y Mastercard sí ocasiona que la población no pueda usar tarjetas de crédito al moverse en su propio territorio.

“En tiempos de guerra, las restricciones caen más sobre los más pobres”, afirma Pérez, para quien actualmente se da una guerra híbrida que mezcla el conflicto en Ucrania, ataques cibernéticos, aumento de la propaganda y una guerra económica-financiera que es muy eficaz.

“Creo que estas sanciones golpearán tanto la economía rusa en un par de meses o durante este año y afectarán las acciones bélicas en cierta manera, aunque Putin ha asegurado que está garantizado el suministro de la guerra; pero no se sabe, es una incógnita”, afirma Pérez, quien cree que los rusos esperaban lo del Swift, pero el tema del petróleo y del gas no, o no al menos con tanta rapidez.

Agrega que las medidas actuales son un duro golpe a la economía rusa, que es de 1,7 billones de dólares, alrededor del 7 % de la economía de Estados Unidos. Ocupa el duodécimo lugar en la lista de países por PIB, por debajo de Italia o Canadá.

Pérez recuerda que a inicios de esta semana el Gobierno ruso emitió un decreto de medidas especiales en el que autoriza prohibir las exportaciones de varios productos y materias primas para garantizar el funcionamiento de sectores clave de la economía. Eso da una señal. (I)