A lo largo de la pandemia, la comunidad científica ha descubierto que la principal vía de contagio del SARS-CoV-2 son las partículas de diferentes tamaños que las personas ya infectadas emiten al respirar, toser, hablar, etc. Existen partículas de menor tamaño y se conocen como “aerosoles” que también son emitidos por las personas.

A estas alturas de la pandemia, son varios los países que, con el avance de la vacunación, comienzan a eliminar algunas restricciones, y una de ellas es justamente poder caminar por la calle sin la mascarilla, como fue el reciente anuncio en Argentina.

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La Universidad Técnica de Viena (Austria), en colaboración con la Universidad de Padua, en Italia, se ha demostrado que por la elevada humedad del aire que respiramos, incluso las pequeñas partículas pueden permanecer en el aire mucho más tiempo de lo que se suponía. El estudio se ha publicado en la revista científica PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

Para llegar al fondo de esos efectos, se desarrollaron simulaciones por ordenador, en las que se puede calcular la dispersión de las diferentes partículas y el aire respirable con diversos parámetros ambientales, por ejemplo, con diferentes temperaturas y humedad.

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El experimento

Se instaló una boquilla con una válvula controlada electromagnéticamente en un cabezal de plástico para rociar una mezcla de gotas y gas de forma precisa. El proceso se grabó con cámaras de alta velocidad, por lo que fue posible medir exactamente qué gotas permanecían en el aire y durante cuánto tiempo.

“Descubrimos que las pequeñas partículas permanecen en el aire un orden de magnitud más largo de lo que se pensaba”, dice el profesor Alfredo Soldati. “Hay una razón sencilla para ello: la velocidad de evaporación de las partículas no viene determinada por la humedad relativa media del ambiente, sino por la humedad local directamente en el lugar donde se encuentra la gota”, agregó.

Asismismo, en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Maryland, en los Estados Unidos, se demostró que las personas infectadas con el coronavirus exhalan virus infecciosos en su aliento, y que las infectadas con la variante Alfa (la variante dominante que circulaba en el momento en que se llevó a cabo este estudio) ponen entre 43 y 100 veces más virus en el aire que las personas infectadas con las cepas originales del virus, según publican en la revista Clinical Infectious Diseases. (I)