A pesar de los compromisos climáticos asumidos en el Acuerdo de París, el mundo sigue encaminado hacia un aumento de la temperatura global de 2,7 grados para finales de este siglo. Así lo advierte un estudio publicado en la Revista Science, que pone de manifiesto la urgencia de reforzar las medidas para frenar el calentamiento global.
Según la investigación, citada por Europa Press, la Tierra ya ha superado el umbral de 1,5 grados de aumento respecto de la era preindustrial, alcanzado en 2024. Este hito marca una aceleración del cambio climático y acerca al planeta a una transformación irreversible.
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Ted Schuur, ecólogo de la Universidad del Northern Arizona, afirmó que el Acuerdo de París fue un primer paso, pero la realidad actual exige revisar y ajustar los objetivos climáticos. “Ya estamos viviendo en el mundo cambiado que estamos tratando de prevenir. Es hora de dar el siguiente paso para ajustar nuestros objetivos climáticos para adaptarnos a esta nueva realidad”, señaló en un comunicado.
Uno de los factores clave en este incremento de temperatura es el acelerado deshielo del Ártico. El informe destaca que esta región se calienta casi cuatro veces más rápido que el resto del planeta debido a la fusión de sus superficies heladas.
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Schuur explicó que el océano Ártico solía congelarse en invierno y descongelarse parcialmente en verano, pero el aumento sostenido de las temperaturas ha intensificado el derretimiento del hielo marino. Como consecuencia, el agua oscura del océano absorbe más radiación solar, acelerando aún más el calentamiento.
Los efectos no se limitan al océano. En tierra, el deshielo del permafrost está liberando grandes cantidades de carbono atrapado en el suelo, lo que contribuye a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Este fenómeno, que no fue plenamente considerado en los cálculos de los acuerdos climáticos de 2016, podría aumentar significativamente las emisiones globales.
El estudio concluye que, de mantenerse las políticas actuales, el planeta sufrirá un calentamiento de 2,7 grados a finales de siglo, un escenario que hará aún más frecuentes los eventos climáticos extremos. Schuur subrayó la necesidad de reforzar las estrategias de adaptación y mitigación para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y hacer que las comunidades sean más resilientes frente a los cambios inminentes. (I)