El jefe del Ejecutivo de Hong Kong, John Lee, aseguró este martes que la ciudad encara ya la inminente llegada del supertifón Ragasa con planes de emergencia activados y con el compromiso de afrontarla “con resiliencia, determinación y unidad”.

El dirigente presentó un amplio plan de medidas de emergencia ante la inminente irrupción de la tormenta más poderosa del año, con vientos que alcanzan los 270 kilómetros por hora, equivalentes a un huracán de categoría 5.

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En su intervención durante la ceremonia de apertura de la 15ª Conferencia de Fiscales Generales de China-Asean, Lee indicó que el Centro de Monitoreo y Apoyo de Emergencia se activó más de 24 horas antes de lo habitual, para efectuar seguimiento en tiempo real de la situación en la urbe, evaluaciones de riesgos y la elaboración de planes efectivos de respuesta.

Ragasa, el tifón número 18 de este año en la región, se encuentra en el mar de China Meridional, a unos 400 kilómetros al sureste de Hong Kong, y avanza a una velocidad de 22 kilómetros por hora en dirección directa hacia la ciudad, con pronóstico de impacto mañana por la mañana, según el Observatorio de Hong Kong.

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Este organismo meteorológico alertó de la “amplia circulación del sistema con vientos feroces que representan una amenaza grave” y prevé que mantendrá su intensidad máxima al aproximarse.

Entre las precauciones adoptadas, el Gobierno de Hong Kong suspendió las clases durante dos días, abrió refugios temporales y puso en marcha equipos de drenaje para prevenir inundaciones ante la inminente llegada del supertifón Ragasa.

El aeropuerto internacional de la región semiautónoma reducirá drásticamente sus operaciones a partir de esta noche, con cientos de vuelos cancelados hasta el jueves, aunque seguirá atendiendo a los pasajeros afectados.

Mientras tanto, los supermercados registraron largas colas y el desabastecimiento de productos básicos como alimentos y cinta adhesiva para reforzar ventanas.

Las autoridades de la excolonia británica han comparado las condiciones pronosticadas con las del devastador tifón Mangkhut de 2018, uno de los más destructivos en la historia reciente del territorio, y han activado protocolos hospitalarios de emergencia para mantener operativos los servicios sanitarios esenciales. (I)