El presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció que su administración habilitará el ingreso de hasta 600.000 estudiantes chinos a universidades estadounidenses.
Actualmente, alrededor de 270.000 estudiantes chinos cursan estudios superiores en EE. UU. Trump señaló que busca disipar rumores sobre restricciones y destacó la importancia de mantener vínculos educativos a pesar de las fricciones diplomáticas.
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El anuncio ocurre en un contexto de tensión con Pekín, luego de que Washington y Beijing intercambiaran fuertes aranceles a inicios de año. La apertura académica aparece como un gesto de distensión en medio de un clima de negociaciones comerciales aún inciertas.
El secretario de Estado, Marco Rubio, había adelantado meses atrás planes para endurecer los controles migratorios a jóvenes chinos, con especial énfasis en aquellos ligados al Partido Comunista o a áreas consideradas estratégicas.
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Durante los primeros meses de la administración Trump, más de 4.000 visas de estudiantes extranjeros fueron revocadas por antecedentes penales, mientras que un intento de anular 7.000 permisos en Harvard quedó bloqueado por la justicia federal.
Pese a esas medidas, Trump reiteró que siempre ha favorecido la llegada de estudiantes chinos y defendió su rol en la construcción de puentes entre ambos países. “Es un honor para mí que estudiantes de China vengan aquí“, afirmó desde la Casa Blanca.
Según datos oficiales, el máximo histórico de estudiantes chinos en Estados Unidos se registró en 2019, con cerca de 370.000 jóvenes matriculados. El nuevo cupo anunciado por la Casa Blanca casi duplicaría esa cifra.
El giro en la política educativa estadounidense coincide con las discusiones en torno a nuevos aranceles. Washington ha advertido sobre un posible impuesto del 200 % a los imanes producidos en China, lo que ha añadido presión a las mesas de diálogo. (I)