Varias ciudades españolas, principalmente Barcelona, amanecieron este sábado con comercios saqueados y sucursales bancarias dañadas, entre otros destrozos, provocados por las violentas protestas a favor de la liberación del polémico rapero Pablo Hasél, en prisión desde el pasado martes por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.

Los disturbios de anoche se desarrollaron fundamentalmente en distintos puntos de la región de Cataluña, de donde es originario el rapero, aunque también hubo altercados en las ciudades de Valencia y Valladolid, en el este y centro de España respectivamente.

Además de los destrozos, las manifestaciones se saldaron con al menos cuatro detenidos, según fuentes policiales.

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En un mensaje en las redes sociales, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, rechaza los destrozos ocasionados y ataques ocasionados en la ciudad y muestra su apoyo a las fuerzas de seguridad.

“Defender la libertad de expresión no justifica en ningún caso destrozar todo tipo de mobiliario, asustar a vecinos, perjudicar comercios afectados por la crisis o atacar medios de comunicación”, indica Colau.

“Todo el apoyo a las fuerzas de seguridad y servicios de emergencias que trabajan para evitar males mayores”, agrega la alcaldesa de Barcelona.

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La de ayer fue la cuarta noche de disturbios callejeros en España por los nueve meses de prisión a los que fue condenado Hasel, y se espera nuevos actos de protesta convocados durante este fin de semana.

Los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona por los que el rapero está en prisión están tipificados por del Código Penal español como “delitos de expresión”, y serán modificados próximamente por el Ejecutivo del presidente de España, Pedro Sánchez.

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La reforma del Código Penal español ha sido solicitada también por organizaciones como Amnistía Internacional, que considera la condena a Hasel “desproporcionada”: “Nadie debería ser condenado penalmente por tuitear o cantar algo desagradable o escandaloso”, dice la organización en sus comunicados.

Además, las protestas y disturbios callejeros de estos días han provocado un nuevo episodio de tensión en el Gobierno de coalición en España, después de que la formación izquierdista Podemos, socio minoritario del Ejecutivo, haya evitado condenar la violencia provocada por los manifestantes.

Los delitos de Hasél

Hasél fue condenado en 2014 a dos años de cárcel por enaltecer en las letras de sus canciones el terrorismo, pero la Audiencia Nacional española decidió en septiembre de 2019 dejar en suspenso su ejecución durante tres años.

En 2018 volvió a ser juzgado por el mismo delito y otro de injurias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad. Aunque en un principio se le condenó a dos de años de prisión, se le rebajó la pena a nueve meses de cárcel, sentencia que el pasado junio fue ratificada por el Tribunal Supremo.

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El Supremo alegó en su fallo que la libertad de expresión no puede utilizarse como “paraguas” o “cheque en blanco” para fomentar y ensalzar actividades terroristas, y concluía que los ataques del rapero al rey y a las fuerzas de seguridad “no es libertad de expresión, es odio y ataques al honor”.

Hasél también fue sentenciado en febrero de 2017 por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad o sus agentes, y en julio de 2018 por allanamiento de local.

El verano pasado un juez lo condenó a seis meses de cárcel por agredir a un periodista de la televisión pública catalana (TV3) en una rueda de prensa.

El juez consideró probado que Hasél empujó, insultó y roció con un líquido de limpieza al periodista. Además de la pena de prisión, le obligó a indemnizarlo con 12.150 euros. La condena aún no es firme. (I)