Los disturbios por el encarcelamiento del rapero español Pablo Hasel por los delitos de terrorismo e injurias a la Corona se replicaron este jueves por tercera noche consecutiva en varias ciudades españolas, con nuevos actos violentos como la quema de contenedores o los lanzamientos de piedras y botellas contra las fuerzas de seguridad.

Hasel ingresó el pasado martes en prisión tras ser detenido por la Policía, para cumplir nueve meses de condena, y desde entonces se sucedieron manifestaciones violentas cada noche en varias ciudades del país, especialmente en Madrid y Barcelona.

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La capital catalana registró hoy de nuevo la mayor parte de los disturbios, con grupos de manifestantes enfrentados al amplio dispositivo policial organizado para tratar de evitar situaciones parecidas a las de días anteriores.

Durante las protestas de las dos pasadas noches en la región de Cataluña la policía regional y la local detuvieron a cincuenta personas y muchas resultaron heridas, entre ellas una manifestante que perdió un ojo a causa de un disparo de una pelota de goma.

La ciudad de Valencia fue otro de los escenarios donde las protestas fueron más fuertes, con ocho detenidos, escaramuzas callejeras y al menos un herido, según datos de la delegación de Gobierno.

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Los disturbios de la pasada noche dejaron cerca de medio centenar de detenidos, algunos de ellos menores, y casi setenta heridos, muchos de ellos policías, solo en Madrid y Barcelona, además de serios destrozos en mobiliario urbano.

Hasel ingresó en la cárcel por una condena a nueve meses de prisión, seis años de inhabilitación para ejercer cargo público y al pago de casi 30.000 euros de multa por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona y las instituciones del Estado español.

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El rapero ya fue sentenciado en 2014 a dos años de cárcel por enaltecer el terrorismo aunque la Audiencia Nacional española decidió en 2019 dejarla en suspenso por circunstancias como que carecía de antecedentes penales cuando fue condenado, mientras que luego sumó otras condenas por otros delitos, entre ellas una de dos años confirmada hoy, y está a la espera de otro juicio por atacar a la Policía de Cataluña.

Su ingreso en prisión ha sido denunciado por numerosas voces de ámbitos como el cultural en España, incluidos reconocidos artistas, y por organizaciones como Amnistía Internacional, mientras el Gobierno español se ha comprometido a revisar la legislación para que determinadas manifestaciones en el contexto artístico no conlleven la cárcel. (I)