El regreso a clases voluntario autorizado por el Gobierno nacional desde el 7 de junio pasado ha provocado posturas divididas entre expertos y, principalmente, padres de familia. Unos afirman que es un riesgo que podría aumentar los contagios de COVID-19 y, en cambio, otros señalan que es necesario que se vuelva a las aulas, con medidas de bioseguridad, debido a la deserción escolar y falencias en la teleducación.