Las dos pólizas de acumulación (depósitos a plazo) que desde 1997 tiene Leopoldo, un jubilado de 70 años de edad, en el sistema financiero, han crecido como bolas de nieve durante el último cuarto de siglo. Incluso, el dinero colocado en una de ellas sobrevivió a la debacle bancaria de 1999 y a la dolarización del 2000. Fueron seis mil dólares que finalmente recuperó tras la quiebra del Banco del Progreso, donde los tenía.

Desde entonces las sigue renovando cada seis meses y suma al capital el interés obtenido. Cuenta que lo hace a 180 días por precaución ante cualquier necesidad que pueda presentarse, ya que el dinero no estará disponible en el plazo acordado, tiempo en el que gana el rendimiento.

El interés promedio de los depósitos a plazo (tasa pasiva referencial) era en mayo pasado de 5,54 %, menor al del mismo mes del 2020 cuando estaba en 5,97 %, según cifras del Banco Central del Ecuador. La fijada para este mes es de 5,67 %.

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Ante la reducción Leopoldo decidió colocar una de sus pólizas en otra institución financiera que le ofrecía tres puntos más. “Pero a los meses me llamaron a decirme que me iban a reducir un punto, lo que no me gustó, cuando cumpla el plazo retiraré y la regresaré a mi banco de siempre”, indica.

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Pese a que la tasa pasiva está a la baja, el banco del que es cliente ya por más de dos décadas le ofreció un rendimiento más elevado a cambio de que siga manteniendo las dos pólizas allí y no busque otras opciones.

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Leopoldo es parte de los 908.583 clientes que tienen pólizas en los bancos privados y en las cooperativas y mutualistas de la economía popular y solidaria por una suma total de $ 28.617 millones en mayo de este año.

“Lo importante es planificar bien los gastos y colocar lo que en realidad no se necesitará para que el dinero crezca”, asegura este ahorrista.

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Él tiene una empresa que da servicios de limpieza, de la que obtuvo el capital para sus pólizas, aparte del dinero con el que financia sus gastos personales, todo separado del monto que cubre la operación de la compañía. “Una vez necesitaba una garantía de 180.000 dólares en un contrato e intenté retirar antes de tiempo, pero había penalización por lo que busqué otra opción y no saqué”.

La costumbre de ahorrar la forjó desde que era un niño, recuerda, cuando su padre le regaló una alcancía de hierro en la que solo podía colocar y no sacar las monedas. “Tomaba la previsión de guardar, en una cuenta aparte, el monto para cubrir los décimos, fondos de reserva y las liquidaciones que les correspondían a los trabajadores al término del contrato, dinero que era intocable, entonces no había exceso de gastos y no faltaba”, refiere.

No ha incursionado en dar préstamos como chulquero cobrando un interés mensual ya que es conservador y prefiere obtener menos rendimiento de una forma más segura y con poca incertidumbre, añade. “He escuchado de invertir por internet comprando criptomonedas o acciones en las bolsas de valores, eso es muy riesgoso. Prefiero ganar menos con mis pólizas, es una inversión que le tengo más confianza”.

José Rivera, analista financiero y gerente de la plataforma digital de inversiones Libertex en Ecuador, afirma que los depósitos a plazo fijo son una de las formas de inversión más seguras, sin embargo, siempre habrá peligro, por lo que recomienda, aparte de fijarse en el rendimiento, observar también la calificación de riesgo que tiene la institución financiera donde se deja el dinero en una póliza.

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“Es la opción más conocida y tradicional, pero es muy diferente invertir en una de un banco con calificación de riesgo triple A (que implica la mejor condición que puede tener una entidad para enfrentar sus obligaciones) que colocar en una cooperativa con calificación por segmentos en función de su nivel de activos, ahí está la diferencia”, asevera.

Entonces, guardar dinero en las cooperativas y mutualistas deja un mayor rendimiento, pero el riesgo es mayor. “Una institución financiera triple A paga un rendimiento aproximado del 4 % al 5 % anual dependiendo del capital, pero las cooperativas del segmento dos (de los tres que tiene la economía popular y solidaria) pagan entre el 10 % y 12 %, pero representa un mayor riesgo”.

El total de los depósitos a plazo fijo colocados en los tres segmentos y las mutualistas de la economía popular y solidaria subió 79 % de mayo del 2019 al mismo mes de este año. Mientras que lo colocado en los bancos privados aumentó 38 % en el mismo periodo.

Hay que fijarse también en las cláusulas establecidas en caso de que el cliente quiera retirar el dinero antes del tiempo acordado. “En ciertos casos la devolución se hace vía crédito de consumo a un interés del 16 %, mientras que la póliza está pagando el 8 %”.

La otra opción son el mercado de valores y los fondos de inversión a través de las Bolsas de Guayaquil y Quito. “Aquí se invierte directamente en empresas confiando en la rentabilidad o seguridad que esta representa. Esto incluye la compra de acciones, que son títulos de renta variable, o los de renta fija (que es dar un capital a una compañía a manera de préstamo por un tiempo acordado, lapso en el que se genera también un interés establecido) con rendimientos que van del 6 % al 10 % anual aproximadamente”, dice Rivera.

En esta alternativa el riesgo es mayor ya que la ganancia dependerá incluso de factores como la situación económica del país, lo que influye en el desempeño y en el nivel de ventas de las compañías. “Todo dependerá también del estado financiero de la empresa y su calificación de riesgo, porque estas también la tienen en el mercado de valores”.

En el caso del mercado de valores, no hay un monto mínimo base para la compra de acciones, pero la inversión sí tiene que ser mayor a las comisiones que cobran las casas y las dos bolsas de valores del Ecuador, la de Quito y Guayaquil, afirma Mario Mora, analista financiero de la consultora Global Inversores.

Él recomienda la adquisición de un mínimo de mil dólares en acciones como base, aparte del pago de comisiones a las casas de valores, que fluctúan entre $ 25 y $ 85 para montos invertidos de hasta $ 1.000. Y hasta $ 9.999 varía de acuerdo con cada una. “Puede ser entre el 3 % y 5 % de la compra o venta”. La inversión de $ 1.000 puede requerir un pago de comisiones de $ 40.

Las alternativas en la web son instrumentos financieros de inversión, como las pólizas

Realizar inversiones en las bosas de valores del mundo como la de New York (EE.UU,) es posible a través de plataformas digitales desde Ecuador o de cualquier parte del mundo. Foto: AFP

Las plataformas digitales, entre ellas Libertex, ofrecen realizar inversiones a partir de $ 20 en las bolsas de todo el mundo, al igual que la compra de las denominadas criptomonedas, todas colocaciones de más largo plazo, asegura Rivera.

“Así como estas representan un riesgo porque pueden tomarse decisiones irresponsables también pueden generar más ganancias. Aquí las inversiones son de renta variable, por lo que nunca se puede garantizar un rendimiento al inversionista. Se puede obtener el 18 % o 22 % y se puede perder el 10 % o 12 %”.

Los planes de inversión de Libertex han dejado una ganancia histórica promedio del 18 % al 22 %. “Son sistemas que toman varias inversiones en mercados internacionales, en algunas se gana, en otras se pierde, pero al final se espera un balance positivo”.

Esta plataforma tiene una oficina formal en Guayaquil desde marzo del 2021 y a través de ella, en línea, se invierte en títulos de renta variable a nivel mundial, incluyendo las criptomonedas. “Se puede invertir en acciones, índices (canastas de acciones), en materias primas (proyección de sus precios en el futuro), en pares de divisas”, asegura Rivera.

Si bien se puede empezar a invertir desde $ 20, Rivera indica que “a mayor capital hay más poder de diversificación de las inversiones y con una adecuada diversificación, hay una mejor gestión del riesgo”.

Uno de los requisitos es tener una cuenta de dónde transferir el monto de la inversión al exterior. Al tener Libertex una oficina en Ecuador, hay una opción directa para hacer el depósito, retirar dinero, acompañamiento, todo esto genera confianza. También somos guía sobre cómo monetizar las criptomonedas”.

Entre las limitantes para el desarrollo de estas inversiones en línea están el desconocimiento y la falta de educación financiera, indica Mora. “El que despertó en mí la curiosidad fue el libro Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter, publicado en 1997, y que yo leí en 2003. Allí se hace énfasis en la importancia de impartir educación financiera y el tema de las finanzas personales desde la niñez en casa”.

El concepto clave, añade Mora, es manejar bien las finanzas con el fin de ahorrar y comenzar a multiplicar. “Pero hay temor de perder dinero, escuchan de que tal persona invirtió en tal cosa y terminó perdiendo, entonces prefieren no hacerlo”.

Los estudios indican que el 90 % de los que empiezan a realizar estas inversiones en línea se retira en el primer año ya sea por una mala experiencia o porque pierde el dinero.

El 10 % restante sobrepasa el límite del primer año y finalmente se quedan del 5 % al 7 %. De ellos, solo el 1 % o 2 % logra convertirse en millonario a través de estos mecanismos, dice Mora. “Hay una ideología de hacer dinero rápido en Ecuador y a nivel mundial. Esto los hace proclives a ser estafados”.

Las inversiones a través de estos instrumentos financieros digitales son de muy largo plazo. “En mi caso para pasar del demo a hacer la inversión real me tardé un año. En los seis primeros meses de ese tiempo perdí mil dólares”.

Mora utiliza el denominado trading de futuros, en los que se define el precio que tendrán los llamados commodities (productos básicos que no cuentan con un valor agregado) en un plazo de tres meses como el petróleo, cacao, café, soya, maíz.

Son contratos financieros en los que dos partes (un comprador y un vendedor) acuerdan intercambiar un mercado subyacente por un precio fijo en una fecha en el futuro.

“En ocasiones el problema son las emociones porque se nos enseña que en el trading de la Bolsa de Valores se hace dinero con un chasquido de dedos y no funciona así. Para hacer rentable y consistente tuve que pasar un poco más de un año tras probar, equivocarme y perder dinero. Solo así se puede determinar que se puede vivir de esto a largo plazo”.

Este especialista hace inversiones en este instrumento desde marzo del 2018, tiempo en el que dice que ya ha recuperado lo perdido en el primer año.

Otros instrumentos son la compra de acciones y de criptomonedas y el trading de forex, que es un mercado mundial y descentralizado en el que se negocian divisas. (I)