Juan Delgado esperaba la mañana de este martes, 30 de septiembre, que alguien lo contratara para llevar arena, piedra o cualquier otro material de construcción.

Él tiene una volqueta y trabaja todos los días ofreciendo sus servicios para hacer fletes o esperando ser parte de alguna obra privada o pública que lo lleve a ganarse algún dinero poniendo a trabajar su vehículo.

Sin embargo, desde la semana pasada los gastos de Juan han aumentado. Antes tanqueaba su volqueta con $ 10 diarios, pero ahora gasta $ 16. Esos valores aún no los ha trasladado a los usuarios.

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Dice que sus clientes no están dispuestos a pagar un incremento en el precio de los fletes. “Yo cobro $ 60 por llevar piedras o arena, dependiendo del lugar donde se tenga que dejar la carga, pero ya he intentado que me paguen más porque subió el diésel, pero nadie quiere. Usted sabe que mientras haya mucha oferta es difícil la competencia", señala.

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Volqueteros como Juan enfrentan incrementos diarios de hasta $ 22 en combustible tras el alza del diésel.

Carmen Reyes, secretaria general de la Unión de Volqueteros de Manabí, reveló que estos pequeños transportistas aguardan compensaciones prometidas por el ministro de Transporte, Roberto Luque.

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Muchos evitan trasladar los costos a sus clientes y están a la espera de alguna resolución a su favor para seguir operando.

El Gobierno eliminó el subsidio al diésel el 12 de septiembre, elevando el precio de $ 1,80 a $ 2,80 por galón. Esta medida ha desatado protestas nacionales.

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En Manabí, el impacto golpea directamente a cientos de unidades que operan en canteras y realizan fletes. Antes, un tanqueo de $ 40 permitía seis vueltas diarias con reserva; ahora se debe colocar $ 62 dólares para cubrir lo mismo, señala Reyes. “Son $ 22 diarios más que se me va en el combustible”, explicó.

Reyes comenta que abogó por subsidios diferenciados durante una reunión en Latacunga con autoridades de Gobierno. Inicialmente, solo grandes flotas y buses recibieron incentivos. “Somos los más afectados porque somos la clase media baja”, argumentó.

Sin embargo, dijo que su petición ha sido escuchada y el gobierno trabaja en respaldos para estos operadores. Reyes contó que superan los 1000 volquetas en Manabí, muchas ligadas a canteras o contratos con instituciones como el Consejo Provincial.

Un incremento que afecta

Franco García, con 15 años de experiencia al volante de su volqueta, no duda en calificar la situación actual como “asfixiante”.

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Desde su puesto de trabajo informal, donde espera ser contratado para el acarreo de materiales de construcción, señala que el transporte pesado vive momentos difíciles. “Llevo quince años en esto, pero nunca había sentido esta presión. Antes, el flete te daba para el mantenimiento y algo de ganancia. Ahora, solo el diésel nos está matando," afirma García.

El volquetero detalla el impacto directo del alza de los combustibles en sus finanzas: “ Llenar la volqueta me cuesta cerca de $ 20 diarios, seis dólares más que hace un mes, y si no lo hago, el carro no se mueve. Es simple", expresa.

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Indica que la competencia lo obliga a mantener tarifas bajas, transfiriendo el costo a su propio bolsillo. “Mis clientes son los de siempre, constructoras pequeñas o gente particular. Si subo mucho el precio del flete, me dicen que buscan a otro. Al final, somos los volqueteros los que asumimos el incremento del combustible," lamenta.

García hace énfasis en la necesidad del apoyo estatal: “Necesitamos que el gobierno se ponga la mano en el bolsillo. Un subsidio directo al diésel para el transporte pesado sería un respiro inmediato. Pero también es crucial que se reactive la obra pública, porque si no hay proyectos grandes, no hay arena ni piedra que mover, y nuestros camiones se quedan parados, generando cero ingresos", agrega. (I)